Washington, ORIT y SIP, en la confabulación, acusan bolivarianos argentinos

En marcha, campaña desestabilizadora contra Chávez, denuncian intelectuales y sindicalistas

La situación en Venezuela, parecida a la de Chile antes del golpe de Pinochet, recuerdan

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 12 de marzo. Un grupo de intelectuales, periodistas, sindicalistas, organismos humanitarios y de izquierda se propone comenzar una campaña para denunciar ante el mundo la maniobra de "desestabilización que está en marcha en Venezuela contra el gobierno del presidente Hugo Chávez", y comparan esta situación con los hechos que "precedieron al golpe militar en Chile, instigado por Washington, el 11 de septiembre de 1973, y que impuso la dictadura de Augusto Pinochet".

También se denunció la campaña iniciada desde "la prensa hostil al presidente Chávez contra los movimientos y juntas bolivarianas en el subcontinente y para descalificar a los intelectuales solidarios con el gobierno venezolano".

Las maniobras denunciadas tienen un re-flejo en una falsa entrevista supuestamente realizada a Ignacio Ramonet, director general de Le Monde Diplomatique, publicada por la revista Venezuela Analítica, en Caracas, el pasado 27 de febrero, y según la cuál éste afirmaba que "Hugo Chávez lo está haciendo muy mal".

Como señalaron voceros de la Junta Po-pular Argentina del Congreso Anfictiónico Bolivariano, Ramonet es uno de los más prestigiosos intelectuales europeos que ha reconocido el proceso político que encabeza el mandatario venezolano.

Uno de los medios que recogió apresuradamente la supuesta entrevista en Caracas es el vespertino Tal Cual, en una nota de Teodoro Petkoff. El periódico El Nacional también reprodujo la falsa entrevista el 3 de marzo pasado y anunció el "rompimiento" de Ramonet con Chávez.

Pero el 4 de marzo Ramonet desmintió la entrevista y reiteró su apoyo al proceso venezolano. "Confirmo que la entrevista en cuestión es un falso grosero. Una enorme invención mentirosa. No creo que con esos métodos el tal Payares (Emiliano, el periodista que firma la entrevista falsa supuestamente realizada en Chiapas) pueda estar en Princeton University. También eso de que está en Princeton es falso. Estamos ante un caso de superchería mediática total".

Agregó: "Nunca he dado esa entrevista a ese señor. Le voy a decir por qué: 1.- Sólo he estado en Chiapas una vez en mi vida, en febrero del año pasado, para entrevistarme con el subcomandante Marcos. No di en aquella ocasión ninguna entrevista a nadie. 2.- No he estado en Génova en julio del año pasado. Sencillamente no estuve en Génova, no participé en las manifestaciones anti-Grupo de los Ocho, no puedo pues hablar como si hubiese estado. 3.- Nunca he declarado tal cosa sobre el comandante Chávez, del que he hecho en noviembre pasado, y públicamente, un elogio en la Sorbona de-lante de cerca de mil personas y cuyo texto está disponible en Internet. No he cambiado de opinión. 4.- El tal Payares no puede haber entrado en contacto conmigo me-diante Carlos Fuentes, ya que, desgraciadamente, no tengo el honor de conocer personalmente a ese gran escritor".

Ramonet concluyó: "Estamos, como le di-go, ante un embustero que se ha burlado de usted presidente y de sus lectores y que ha construido una falsa entrevista, totalmente imaginaria. Existen leyes, además de ética, que condenan tal comportamiento irresponsable y delictivo".

Este hecho fue la gota que desbordó el vaso. En Chile el periodista Hernán Uribe, uno de los fundadores de la Federación Latinoamericana de Periodistas, advierte en una nota sobre esta situación: "Con la práctica de un auténtico terrorismo informativo en contra del presidente Hugo Chávez se está repitiendo en Venezuela la campaña publicitaria que hace 30 años antecedió en Chile a un golpe de Estado que provocó la muerte de Salvador Allende y dio comienzo a más de cinco lustros de tiranía y al asesinato masivo de los opositores".

Añade más adelante que "en lo que se refiere al montaje publicitario contra Chávez que se realiza en Venezuela y todo el planeta, la situación es idéntica a lo ocurrido antaño en Chile donde la CIA, organismo estatal estadunidense, manejó o guió a la gran prensa local y a los afiliados de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en una campaña de propaganda negra contra Allende. Además, ambos presidentes han sido víctimas de los disparos verbales desde que fueron candidatos a la jefatura del Estado".

Recuerda también que Chávez fue elegido en 1998 dos veces, con 57 y 60 por ciento de los votos, respectivamente.

"Puesto que las fuerzas políticas que respaldan al gobierno son mayoría en el Parlamento, no hay mecanismo legal o constitucional que permita defenestrar al presidente... salvo el golpe de Estado, que es lo que piden a gritos personajes como (el ex presidente) Carlos Andrés Pérez. Golpear las puertas de los cuarteles es táctica universal de las capas dominantes cuando peligran sus intereses, y en tal incordio la de-mocracia liberal, el respeto a las mayorías, se van al basurero. Así sucedió en Chile", añade el periodista.

Se refiere asimismo a la "satanización mediática" de que es víctima el presidente venezolano y afirma que "en contra de Chávez actúa una jauría dispuesta a cazar su presa y compuesta por los periódicos asociados al Bloque de Prensa Venezolano y miles de publicaciones miembros de la SIP, trinchera que cuenta con el apoyo de otros organismos empresariales, como la Asociación Mundial de Diarios".

A ese poderoso aparato publicitario se unen -añade- entidades que dicen ser de periodistas independientes y defensores de la libertad de prensa, y señala que "según lo comprueba la trágica experiencia chilena la colosal campaña publicitaria que hemos aludido es el producto de una planificación, es algo muy sistematizado y cuenta, obviamente, con abultado financiamiento".

Uribe recuerda que "en el informe que emitió el Senado de Estados Unidos acerca de la acción encubierta en Chile, se lee: 'El tema de la libertad de prensa fue el más importante dentro de la campaña internacional contra Allende'; (sic) y agrega: 'El principal proyecto de propaganda de la CIA financió un variado surtido (...) Producía varias revistas de circulación nacional. Elaboraba materiales para colocarlos en la cadena El Mercurio; en todos los diarios de oposición; en todas las estaciones radiales controladas por los partidos de oposición, y en varios programas regulares de televisión en tres canales'".

"Lo que no figura en ese documento, pero que también está probado, es que la radiodifusión chilena fue utilizada por los confabulados golpistas para enviar mensajes en clave. Verbigracia, el 21 de agosto de 1973, una estación de la ciudad de Puerto Montt, trasmitió: 'Somos más de lo que pensamos. Caperucita Roja también está con nosotros'. El nombre de la niña del cuento co-rrespondía a Pinochet y el extraño recado anunciaba que éste había decidido unirse a la conspiración".

La calumnia como argumento

Representantes de la Junta Popular Bolivariana argentina sostienen que la desesperación de la clase dominante, "apoyada por Washington, como se hizo en Chile o en Panamá en 1989, hace confluir en la estrategia actual de desestabilización a los viejos partidos políticos desalojados del poder, como Acción Democrática y Copei, con nuevas organizaciones, junto a una dirigencia sindical muy impugnada y ligada a los grandes empresarios, la jerarquía católica y los dueños de medios de comunicación".

Señalan también en un informe enviado a esta corresponsalía que el apoyo internacional de Washington a esta campaña es cada día más abierto, así como el de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores y la SIP, y destacan que la desestabilización se incrementó en Venezuela después de que se aprobaron 49 leyes económicas y sociales.

"No es casual ya que tocaron los intereses de los grandes latifundistas feudales, y en general a todo el gran poder y especialmente se ha puesto una valla a la privatización del petróleo".

En todo esto, el "papel cumplido por la prensa es tan fuerte y golpista. Es lamentable ver a supuestos progresistas unidos a ese enorme cerco, como si no recordaran el pasado de las dictaduras, y entonces vemos que los medios de prensa en manos de ese mismo poder hablan de la falta de libertad de expresión mientras asfixian al gobierno con la calumnia. Era el mismo argumento utilizado en Chile por la CIA", señala Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz y una de las figuras convocantes aquí a la solidaridad con Venezuela.