Promueve en México La canción
de Dorotea, novela reconocida con el Premio Planeta
Rosa Regás publica en todas partes y sólo
pide que la dejen escribir con absoluta libertad
CESAR GÜEMES
La cantidad de ejemplares de la nueva novela de Rosa Regás
alcanzarían para darle tres a cada asistente al estadio Azteca a
tope. Desde luego, la calidad y calidez de la escritora catalana avala
el trabajo, pero ella misma acepta que ese número de lectores sólo
se alcanza cuando, como es su caso, se obtiene el Premio Planeta. La
canción de Dorotea se titula la novela de la cual circulan en
España y América Latina un total de 300 mil ejemplares.
-Ya tenías lectores de tus libros y tu trabajo
periodístico. ¿Cómo te apoya el galardón?
-Llega
en un momento inmejorable, me multiplica por tres los lectores que tenía.
Y es un grato reconocimiento público que me permite, por ejemplo,
visitar México, algo que no había hecho antes. Entonces,
gano lectores y tengo la posibilidad de ensanchar el tiempo porque cuando
llegue a final de mes siempre estará ahí el dinero del premio
para echar mano de él.
Profundizar en la realidad
Rosa Regás dice que con el galardón comprará
tiempo para escribir, pero eso no ocurrirá hasta después
del próximo 15 de junio, fecha en que terminará la promoción
de la novela. A propósito del trabajo que implica promover un libro,
expresa: ''Es cansado, pero permite viajar a países que uno desea
visitar; establecer lazos más cercanos con escritores y hasta renovar
energías para continuar con la escritura".
-Es común que del periodismo se pase a la literatura,
pero tu caso es a la inversa.
-Sí, es curioso, hasta que fui un poco reconocida
como escritora fue cuando me invitaron a hacer periodismo. Ahora, sobre
todo, me dedico a hacer artículos de opinión. No hago periodismo
de diario. Desde luego publico en diferentes sitios adonde me han invitado
y si hay algunos en los que todavía no participo es porque no me
lo han pedido. Escribo en todas partes con la única condición
de que me dejen decir lo que quiero.
El proceso de escritura de la prosista se encuentra establecido
y es singular: ''Parto siempre de una situación o de un hecho que
conozco bien. El trabajo posterior es desentrañar el tema al que
me enfrento; me pregunto cuáles son los personajes que están
alrededor de la trama y sus motivaciones. Digamos que para mí escribir
es profundizar dentro de una realidad que observo".
-Entiendo que para la protagonista de La canción
de Dorotea te basaste, en efecto, en una persona real.
-Así es. Partí de una mujer a la que conocí
hace más de diez años, que no se conformó con lo que
la naturaleza y la sociedad le habían dado y buscaba ser una persona
completamente distinta. El único camino que encontró para
eso fue la mentira y el descalabro. Me fascinó tanto el comportamiento
de esa mujer que me dediqué a tomar notas y a escribir mucho al
respecto. Cuando me llegó el momento de escribir esta novela, después
de hacer Luna lunera, retomé la idea. Claro, yo deseaba hablar
de una persona que quería ser otra, eso me interesaba, pero no contaba
con que el personaje que va descubriendo un mundo distinto del propio iba
a encontrar varios elementos de su alma que no sospechaba que existieran,
por ejemplo el deseo desvinculado del amor, que en una mujer es bastante
insólito. Luego, me inquietaba también la fascinación
que ejerce el mal. Pongo como ejemplo de esto último las imágenes
de las Torres Gemelas destruyéndose: no hay manera de que lo pasen
por televisión y no lo vea, aunque me lo sepa de memoria. Entonces,
quise que esa fascinación planeara por toda la novela.
La fortuna de ser leída
-La protagonista es una bióloga molecular, una
profesión muy especializada. ¿Cómo te nutriste para
darle al personaje el conocimiento necesario?
-Cuento un pequeño secreto: tengo una amiga que
es bióloga molecular y ella me lo explicó todo. Casi siempre
me asesoro con persona queridas para no cometer errores en las novelas.
Por ejemplo, en mi novela Azul aparece un personaje que conoce a
la perfección cierto pueblo de Segovia, y a él le di esa
información a partir de otra amiga que vive en esa localidad y me
lo contó absolutamente todo. Claro, luego hice algunas visitas y
corroboré las ideas que tenía. La protagonista de estas nueva
novela pudo ser profesora de literatura en vez de bióloga, pero
no me daba el perfil del personaje y por eso decidí que perteneciera
al mundo de la ciencia.
-¿Qué le hace sentir ser leída, en
principio, por 300 mil personas que han adquirido su libro hasta ahora?
-Me hace muy feliz y por fortuna no debo pasar por el
pánico escénico porque a los lectores, por muchos que sean,
nunca los ves. La felicidad en este caso me la proporciona saber que están
ahí aunque no los conozca.