Empleados de la Gustavo A. Madero los despojaron
de colchones hace 4 meses, dicen
Niegan niños de la calle agresiones policiacas
Anteayer, la CDHDF pidió a la SSP protección
para menores que viven en Ticomán
ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
Mientras
camina de un lado a otro sobre la banqueta en la esquina de las avenidas
Ticomán e Insurgentes, delegación Gustavo A. Madero, con
un trapo para limpiar parabrisas en una mano y la mona impregnada
de solvente en la otra, El Garza no se decide a bajar para ofrecer
el servicio a algún automovilista y termina por retirarse al amplio
camellón donde vive desde hace más de ocho meses.
No sabe que la Comisión de Derechos Humanos del
Distrito Federal (CDHDF) inició de oficio una queja ante presuntas
agresiones en contra suya y de sus compañeros -adolescentes y niños
en situación de calle- por parte de policías preventivos
de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP); él asegura
que no es así, por el contrario, dice, de vez en cuando le han invitado
un chesco o una torta.
Son apenas las 10 de la mañana y sus movimientos
torpes evidencian la temprana inhalación del solvente y se sienta
junto a sus perros -Negra, Osa, Manchas y Canela-mientras
a dos metros, uno de sus compañeros mezcla el agua de una botella
de coca cola con detergente y por el otro lado, de entre los árboles
se aproxima El Cachetes, caminando lentamente apoyándose
en un palo que le sirve de bastón: "es para mi seguridad", dice
y se pone en cuclillas.
Al rato se incorporan Eva, La Ojitos, y Yadira,
cada una con un plato desechable con tortillas, frijoles y un guiso de
huevos ahogados en salsa verde; es el desayuno de los cinco, antes de comenzar
a trabajar limpiando parabrisas para tener dinero a la hora de la comida.
Eva confirma lo que dijo El Garza: "Para mí,
mis respetos a los policías. Nos tratan bien". Pero luego se preocupa
y dice que se va a ir a buscar a un policía "para que vea que no
hay problema con nosotros, si no, luego hay problemas". Propone que el
uniformado sea testigo de la entrevista "porque luego salen cosas que nosotros
no decimos".
Luego de que la CDHDF tuvo conocimiento por un medio de
comunicación de que policías de la SSP les quitaban sus colchonetas,
cobijas y láminas con las que se guarecían, inició
de oficio una queja para investigar la violación de sus derechos
humanos, y pidió al titular de la dependencia, Marcelo Ebrard, aplicar
medidas cautelares para que los jóvenes y menores en situación
de calle, particularmente los que habitan en ese cruce de Insurgentes y
Ticomán, no sean agredidos.
Ellos,
sin embargo, insisten en que los policías no se meten con ellos,
"a nosotros nos respetan, como nosotros los respetamos". Hace cuatro meses,
recuerda El Cachetes, fueron los de la delegación quienes
les quitaron colchones y cobijas, pero luego llegaron a un acuerdo: se
podían quedar en ese lugar si se hacían responsables de mantenerlo
libre de basura.
A unos 20 metros, dentro del amplio camellón junto
al puente de Ticomán, están los dos colchones donde duermen
algunos de ellos y, a falta de muro, el tronco de un árbol sirve
para tener, en donde debiera estar la cabecera, la imagen de la Virgen
de Guadalupe.
Antes se quedaban del otro lado de la avenida, pero decidieron
cambiarse cuando una patrulla de la Policía Judicial atropelló
a la novia de El Garza, Brenda Araceli. Recuerda El Cachetes
que acababa de salir del Reclusorio Norte, donde estuvo un año y
tres meses, acusado de robo, cuando "la quisieron agarrar y se echó
a correr porque traía unas latas de solvente y la atropellaron".
Eva ve pasar una patrulla y le hace señas para
que se detenga; habla con los policías que doblan en la esquina
hacia el lado contrario. "Dicen que orita vienen, que se van a dar la vuelta".
Pero ya no regresaron.