El Banco de México informó ayer que en febrero ocurrió una deflación de 0.06 por ciento, lo que en la práctica implicó que el promedio general de los precios disminuyó en vez de aumentar.

La variación negativa en el índice nacional de precios al consumidor (INPC), que mide la inflación, se debió en lo principal a la baja en el costo final de bienes y servicios, como jitomate, tomate verde, cebolla, gas doméstico, carne de ave, pepino y huevo, cuya evolución contrarrestó el efecto del incremento en las tarifas eléctricas, que en el mes de referencia tuvo una incidencia alcista de 0.27 puntos porcentuales en el índice.

Además de la electricidad, otros precios que tuvieron incremento en febrero fueron los de vivienda, refrescos, tortillas de maíz, restaurantes, autobús urbano y mango.

Aun cuando el índice general de precios tuvo una tendencia negativa, otros indicadores elaborados por el banco central mostraron que en algunos segmentos los costos al consumidor final reportaron alzas significativas.

El Banco de México señaló que la inflación medida por el INPC registró en términos anuales, es decir, de febrero de 2001 al mismo periodo de 2002, un repunte de 4.79 por ciento. En el primer bimestre de este año el incremento ha sido de 0.86 por ciento.