Cientos de indígenas queman cuatro vehículos de los cuerpos de seguridad
Saqueos y ataques a la policía en San Cristóbal, tras operativo contra la piratería
Acordonan varias manzanas ante las dimensiones de las protestas por los decomisos
ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL
San Cristobal de las Casas, Chis., 7 de marzo. Molestos por un operativo realizado por la Procuraduría General de la República (PGR) para decomisar discos y casetes piratas, cientos de indígenas quemaron esta noche por lo menos cuatro vehículos de la policía y saquearon varias tiendas privadas ubicadas en el área del mercado público de esta ciudad, informó el alcalde, Enoch Hernández Cruz.
Explicó que hasta las 23 horas habían sido reportados ocho policías lesionados y varias personas golpeadas, así como cuantiosos daños materiales. Vecinos de la zona aseguraron que se habían escuchado disparos de arma de fuego de grueso calibre, pero no se confirmó si había heridos de bala o no.
El alcalde dijo que el problema comenzó alrededor de las 19 horas, cuando varios policías judiciales federales llegaron al denominado "mercadito número dos", ubicado afuera del mercado público José Castillo Tiélemans, situado en el norte de la ciudad, para decomisar discos y casetes piratas.
Cuando ya habían detenido a algunas personas y decomisado parte del material, los indígenas que venden en el lugar comenzaron a juntarse para tratar de liberar a sus compañeros. Al ver tal situación, los agentes federales huyeron abandonando dos camionetas que minutos después fueron volteadas e incendiadas.
En los momentos en que los indígenas perseguían a los agentes, pasaba por el lugar una patrulla y una motocicleta de la policía municipal, mismas que fueron quemadas y sus ocho ocupantes golpeados "salvajemente" con botellas y otros objetos.
De igual forma, añadió Hernández Cruz, los enardecidos indígenas, jóvenes en su mayoría, "agredieron a las personas que en esos momentos pasaban por la zona y golpearon varios vehículos particulares".
Desde ese momento el lugar se convirtió en "tierra de nadie" y los inconformes comenzaron a saquear muchas de las tiendas que se ubican en la zona del mercado público, adonde la policía no pudo ingresar sino hasta las 23 horas, cuando llegaron refuerzos de corporaciones estatales.
"La policía municipal hizo acto de presencia desde el principio, pero los 45 elementos con que contamos por turno fueron insuficientes porque no tenemos armas ni gases, sólo puro valor mexicano", dijo el alcalde, quien ante la situación solicitó al gobierno estatal el apoyo de la policía sectorial.
"Sabemos que están sacando cosas de las tiendas, las van a dejar a algún lugar y regresan por más", comentó el edil poco antes de que un centenar de agentes entrara a la zona, a las 23 horas. "Son como 500 o 600 los indígenas que están en la zona del mercado y están muy bravos, no se puede hablar con nadie, están armados con palos, piedras y algunas personas dicen que hay armas de fuego, pero no nos consta", indicó.
Durante cuatro horas los agentes municipales acordonaron varias manzanas a la redonda para evitar el paso de la gente hacia el lugar de los hechos, dado el peligro que ello representaba.
Enoch Hernández aseveró que la acción fue planeada y realizada por la PGR, "y no avisó al ayuntamiento, ni siquiera al presidente municipal", por lo que él se deslindó de cualquier responsabilidad en los hechos vandálicos en que derivó la acción de la procuraduría.
"Este problema de desestabilización social lo generó una actitud de la PGR, cuyos policías actuaron no sé con órdenes de quién, pero lamentablemente pusieron en una situación de indefensión a la sociedad de San Cristóbal", subrayó.
Precisó que aparentemente el operativo fue ordenado por la delegación estatal de la PGR, pues el agente del Ministerio Público Federal en San Cristóbal le dijo que él no sabía nada sobre el asunto.
Aunque todavía no estaba bajo control totalmente, la situación aparentemente comenzó a normalizarse después de las 23 horas, cuando más de cien policías penetraron a la zona y detuvieron a decenas de indígenas, muchos de cuyos compañeros, todavía agrupados en varios contingentes, merodeaban en varias direcciones.
Por las calles de la zona del siniestro esta noche se observaban tirados colchones, ropa, zapatos, utensilios de cocina y todo tipo de mercancía que se vende en el lugar. Los cristales de varios comercios estaban rotos. El agente del Ministerio Público del fuero común inició esta misma noche la averiguación previa correspondiente, para actuar en consecuencia.