Maquila y contrainsurgencia, objetivos de iniciativas
como el Plan Puebla-Panamá
Reorientar la globalización, el reto: Cárdenas
Lamenta en Londres que México sea parte de la
integración hemisférica conducida por EU
Por decisión de los últimos gobiernos, incluido
el actual, México forma parte del proyecto de integración
hemisférica conducido bajo la hegemonía estadunidense, expuso
Cuauhtémoc Cárdenas. Subrayó que con el fin de evitar
tensiones en su territorio, el gobierno de Washington ha encomendado a
su similar mexicano controlar la migración hacia el norte, lo que
se suma a otras acciones de Estados Unidos de claro intervencionismo como
el Plan Colombia, el bloqueo a Cuba, el Plan Puebla-Panamá, así
como las relaciones que fomenta con la oposición y con la prensa
en Venezuela.
Invitado a dictar una conferencia ante la Sociedad Mexicana
de la London School of Economics and Political Science, el dirigente histórico
del PRD resaltó los efectos de exclusión social y estancamiento
económico que la globalización ha ocasionado en México.
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Se manifestó convencido de que los impulsores
e indiscutibles beneficiarios de esa mundialización, aquellos que
hoy manejan la economía mundial, no han dado los resultados ofrecidos
y no por falta de capacidad, sino porque "no han querido y nunca se propusieron
que los países periféricos crecieran económicamente
con autonomía, equilibradamente y en forma sostenida ni, mucho menos,
que sus poblaciones compartieran los conocimientos y bases, así
como los logros del desarrollo posible''.
En realidad, su intención, "como se ha visto",
era hacer que las economías, mercados, recursos y fuerza de trabajo
de esas naciones estuviesen disponibles para complementar las necesidades
de las economías poderosas.
De este modo, la globalización actual se rige y
opera en función de los intereses de los grupos que dominan las
finanzas y la vida política de las grandes potencias económicas,
y se caracteriza por la formación de un mundo unipolar donde impera
la potencia militar de Estados Unidos.
Los riesgos del ALCA
En ese contexto, explicó Cárdenas, el Area
de Libre Comercio para las Américas (ALCA) representa la expansión
a todo el continente del TLC que firmó México con sus vecinos
de Norteamérica, en el que además de la supresión
de barreras comerciales, apertura irrestricta a la inversión, restricciones
a la movilidad y el libre tránsito laboral, "se pretende incorporar
medidas como las que impone al sector energético el sistema de participación
proporcional, que forma parte del acuerdo entre Estados Unidos y Canadá'',
mediante el cual éste garantiza para siempre a su vecino del sur
el suministro de energéticos sin derecho a anular o modificar los
permisos de exportación de energía.
De igual modo, consideró que el ALCA va acompañada
de planes específicos de restructuración económica
como el Plan Puebla-Panamá, que se propone desarrollar la maquila
y la agricultura de plantación en toda esa región del continente,
así como militarización y contrainsurgencia subregional,
como ya sucede en Colombia, Perú, Venezuela, Brasil, Panamá,
Ecuador y Bolivia.
Todo ello se plantea "veladamente" en el Plan Puebla-Panamá
y se vislumbra, dijo, en las escasas informaciones disponibles sobre el
comando de América que pretende crearse con la participación
de las fuerzas armadas de Estados Unidos, Canadá y México,
bajo dirección estadunidense, para proteger al continente de eventuales
ataques terroristas, incorporar de manera formal a México en la
Conferencia de Ejércitos Americanos y la posible extensión
del escudo estratégico del Comando de Defensa Espacial Norteamericano,
también sumando a México, todo lo cual "llevaría a
la instalación en territorio nacional de bases de radar y cuerpos
de defensa aérea".
Frente a este panorama, Cárdenas llamó a
modificar "cualitativamente" la mundialización actual y a adoptar
posiciones de verdadera solidaridad internacional, y de manera prioritaria,
a compartir los conocimientos y abrir el acceso a los avances de la ciencia
y la tecnología para ser usados con mayor amplitud con el objetivo
de acelerar el crecimiento económico y la elevación de los
niveles de vida.
Entre los grandes retos de este siglo, indicó,
también está reorientar la globalización, dando al
desarrollo una sustentabilidad real y enfocándolo a objetivos de
justicia social y equilibrio.
Dijo, sin embargo, que al avanzar en la consolidación
de la integración latinoamericana es previsible esperar una reacción
contraria de los círculos financieros y políticos que actualmente
dominan en el gobierno estadunidense, pues verían amenazada su hegemonía
en el continente.
No obstante, recomendó redefinir el Mercosur y
revisar los tratados parciales del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte, así como replantear el Plan Puebla-Panamá para
que el desarrollo de la región se sustente en el fomento e integración
de los ciclos productivos, aprovechar los recursos naturales de la zona
y ofrecer así condiciones de trabajo, vida digna y prosperidad a
la población.
Según el político michoacano, es fundamental
plantear la formación de un mercado común latinoamericano
y participar en un acuerdo continental de desarrollo y comercio; ampliar
las facultades del Parlamento Latinoamericano y fortalecerlo, y "definir
políticas comunes a la región en sectores que puedan acelerar
la integración o superar problemas graves".