El reporte amerita una nota diplomática
de protesta, considera el ombudsman
Inadmisible, el informe de EU sobre los derechos humanos
en México; es una intromisión: Soberanes
VICTOR BALLINAS Y JESUS ARANDA
El presidente de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos (CNDH), José Luis Soberanes, aseveró ayer que el
informe sobre la situación de esas garantías en México,
realizado y difundido por el Departamento de Estado del gobierno de Estados
Unidos, constituye una inadmisible forma de intromisión en asuntos
de los mexicanos.
Ese hecho, apuntó, debería ameritar incluso
una nota diplomática de protesta formal por parte de la Secretaría
de Relaciones Exteriores, pues, precisó, ningún gobierno
puede erigirse como certificador en materia de derechos humanos. Esa función
le corresponde a los organismos internacionales y nacionales en la materia.
El presidente de la CNDH señaló lo anterior
en entrevista ?realizada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(SCJN)?, al término de la presentación de su informe de labores
ante el Poder Judicial. Ahí, el ombudsman resaltó:
"No podemos permitir que ningún gobierno extranjero nos califique".
Para que se respeten los derechos humanos en el país,
destacó Soberanes, "debe haber voluntad política no sólo
de los más altos servidores públicos, sino de todos los funcionarios,
porque hoy, es un hecho, muchos servidores aceptan las recomendaciones
que emite la CNDH, pero no los cumplen. No exigen las responsabilidades
a los violadores de los derechos humanos", destacó.
Y abundó: "La situación y mejoría
de los derechos humanos en el país es un tema que preocupa a todos
los mexicanos, y al respecto hay todavía muchas cosas por hacer.
Por ejemplo, falta una toma de conciencia en la población, porque
muchas veces no conocen sus derechos fundamentales y por ello no los exigen.
Además, hay autoridades que no las conocen (las garantías
individuales) y tampoco las respetan, aunado a que falta voluntad política
de todos los servidores públicos para respetar los derechos humanos".
?¿Qué tanto puede influir ese informe para
que las autoridades respeten los derechos humanos? ?se le interrogó.
?Debería ser por decisión propia que se
respetaran esos derechos, y no porque otros países nos lo digan.
Debe haber, al respecto, una decisión política no sólo
de los más altos funcionarios, sino de todos los servidores públicos.
Ahí está el quid.
Preocupa la creciente inseguridad
Durante la lectura de su informe, ante el pleno de ministros
de la SCJN, el ombudsman nacional insistió en que a la CNDH
le preocupa la creciente irritación social por la permanencia, si
no es que el incremento, de la inseguridad y la violencia criminal, que
con frecuencia se expresa en la tendencia a "hacerse justicia por propia
mano" y a realizar actos de linchamiento que, de continuar aumentando,
conducirían a la descomposición social y a un tobogán
de violaciones a los derechos humanos.
Ante el Poder Judicial, Soberanes dio cuenta, en una apretada
síntesis, de las recomendaciones que por violaciones a los derechos
humanos emitió el año pasado. Resaltó la 26/2001,
referente a las 532 quejas sobre desaparición forzada de personas
en la denominada guerra sucia; la concerniente al Centro Federal
de Readaptación Social Número Dos, en Puente Grande, Jalisco,
por las violaciones a los derechos de 194 servidores públicos durante
el proceso de investigación tras la fuga del narcotraficante Joaquín
Guzmán Loera, El Chapo Guzmán.
De igual forma, refirió la recomendación
por la posible responsabilidad de los médicos que intervinieron
en el caso de la señora Luz Divina Castillo López, quien
careció de atención médica de calidad durante su parto,
lo que tuvo como resultado la extracción de la matriz y un ovario,
y la muerte del bebé.
El ombudsman explicó a los magistrados que
hizo referencia a esa recomendación en virtud de que "se repiten
este tipo de casos en las instituciones de salud", donde se han registrado
muertes de parturientas y sus bebés, por la deficiente atención
médica.
Las recomendaciones
Otras recomendaciones de las que el ombudsman dio
cuenta fueron: la dirigida a la PGR por el delito de tortura, cometido
contra el señor Norberto Jesús Suárez Gómez,
y por el incumplimiento en las medidas cautelares que la CNDH le solicitó
a esa instancia durante el arraigo del ex funcionario; la dirigida al gobierno
de Jalisco, por irregularidades en trámites de adopción internacional
de nueve menores, y la relativa a la contracepción forzada en agravio
de habitantes de las comunidades indígenas de La Fátima,
Ojo de Agua y Ocotlán, del municipio de Ayutla de los Libres, Guerrero.
También se refirió a las recomendaciones
generales uno y dos de 2001, emitidas, la primera, por las revisiones de
que son objeto en reclusorios los familiares de los detenidos, especialmente
las mujeres ?madres, esposas, hermanas e hijas de presos?, a quienes se
toca en sus partes íntimas y se les obliga a colocarse en posturas
indignas para que revisen sus cavidades. La segunda, por las frecuentes
detenciones arbitrarias que los agentes de las diversas policías
del país cometen contra presuntos delincuentes.
Al detallar los resultados obtenidos en los programas
especiales, el presidente de la CNDH destacó que además de
los 532 casos de personas desaparecidas en las décadas de los 70
y 80, se concluyeron otros 67 casos, de los cuales 15 personas se encontraron
con vida y una fallecida.
Insistió en que las condiciones en que se encuentra
el sistema penitenciario nacional son deplorables. "Las violaciones a los
derechos humanos en los centros de reclusión son una constante,
sin que desafortunadamente se vislumbre alguna solución para el
futuro inmediato, pues al cuadro de problemas crónicos que caracterizan
su funcionamiento debe agregársele la insuficiencia de los presupuestos
públicos en la materia".
En las cárceles del país, reiteró
Soberanes, persisten los autogobiernos de los reclusos, con la complacencia
de las autoridades; la insuficiencia de elementos de seguridad y custodia;
instalaciones deterioradas; sobrepoblación y hacinamiento; corrupción
de servidores públicos; tráfico de drogas e imposición
arbitraria de sanciones. "En las prisiones imperan condiciones que degradan
y vulneran la dignidad de las personas en reclusión", apuntó.