Homenaje al fotógrafo en la Academia de Artes

Una percepción singular, secreto de Alvarez Bravo, destaca Manrique

MERRY MAC MASTERS

ƑCuál es el secreto de una fotografía de Manuel Alvarez Bravo?, se pregunta el crítico de arte Jorge Alberto Manrique, y contesta: ''No sólo los temas, ni sólo los puntos de vista, ni sólo la maestría del hacer, ni sólo la composición, el dramatismo... Es todo junto, el enlace de estos elementos mediante su percepción singular. Todo es él: la ocurrencia, la pose, la tranquilidad o el movimiento, lo insólito, lo común''.

Manrique señala ''algunos rasgos'' de la obra de don Manuel con motivo del homenaje que la Academia de Artes rindió al decano de la fotografía en México -''y del mundo, pienso yo'', apuntaría el crítico- y miembro desde 1980 de la sección de gráfica de ese cuerpo colegiado, dentro de los festejos por el centenario de su nacimiento.

El acto consistió, primero, en una mesa redonda que colmó el auditorio del Museo Nacional de San Carlos, donde esa academia tiene su sede. Al término, Luis Nishizawa, presidente en turno, entregó un reconocimiento a Colette Alvarez Urbajtel, esposa del festejado, porque el artista de la lente ya no suele salir de noche. Luego, en la planta alta del recinto, se inauguró la exposición Manuel Alvarez Bravo. Recuerdos de la selva Lacandona, integrada por grabados, pinturas, dibujos y esculturas realizados por 14 integrantes de la academia, que concluirá el 11 de abril. A estas obras se suma una colección de fotografías del propio Alvarez Bravo sobre el tema.

Explorador en Bonampak

Louise Noelle Mereles, secretaria académica del cuerpo colegiado y coordinadora de la mesa redonda, recordó que en 1949 el homenajeado participó en la primera expedición oficial a la zona arqueológica maya de Bonampak, organizada por el Instituto Nacional de Bellas Artes, entonces dirigido por Fernando Gamboa. Las tomas de don Manuel aportan ''emotivas imágenes de un entorno desconocido, acercando su mirada inquisitiva a los habitantes de la selva chiapaneca, para mostrar la realidad de los lacandones''.

También participó en la expedición otro miembro de la academia, el pintor Raúl Anguiano, en cuyas Memorias relata los vaivenes del viaje (murieron ahogados dos compañeros). En su momento, el pintor Arturo García Bustos aseguró que hablar de don Manuel es ''hablar del siglo XX de México y del mundo, del siglo más intenso de la historia del hombre (con) más de diez renacimientos''.

A su vez, el grabador Jesús Martínez ofreció ''una instantánea tomada con una cámara Instamatic, pocos recursos y la posibilidad de captar los múltiples detalles de una obra compleja, pues creo que retratar el misterio siempre será un desafío que no todos podemos develar y menos con tan humildes herramientas''.