''Tenemos que creer'' que hubo limpieza, resumió
uno de los votantes
La elección priísta tuvo escasa participación
en el DF; filas cortas y casillas escondidas, la tónica
No hacemos acarreo, sino facilitación
del traslado, explicó el chofer de un transporte
ALONSO URRUTIA
La
misa ha concluido en la parroquia de Jesús Crucificado. Buena parte
de la grey católica que acudió a expiar sus pecados conjuga
su fe religiosa con la política y acude al llamado del PRI a renovarse;
''ahora sí el último'', llaman algunos sufragantes resignados
al intento de redimir a su partido.
Todos se dicen priístas convencidos y apelan a
sus años de militancia para acreditar su fe partidista. ''Yo soy
militante desde que de veras no había más partido que el
PRI'', dice entre nostálgico y orgulloso un jubilado.
A pesar de las derrotas partidistas y las difíciles
condiciones que a los ''viejos'' les dejaron los regímenes revolucionarios,
se dice convencido de que no hay más ruta que la priísta.
Ayer, en la elección de dirigente nacional en esta
capital, quizá la menos priísta del país ?en el Distrito
Federal el PRI no obtuvo una sola victoria en las pasadas elecciones federales?,
la afluencia de votantes fue relativamente escasa, se registraron algunos
acarreos discretos y la militancia acudió con la idea de
elegir a alguien que frene la caída electoral.
Laura Isabel Guerra, una mujer madura, permanece formada
en una corta fila en el cruce de Miramontes y Calzada de la Virgen, en
Coyoacán; reivindica su militancia de toda la vida y mira en la
elección algo más que decidir si va Madrazo o va Paredes.
''La elección es un moderador para el gobierno'', afirma.
Si van muchos priístas ''el gobierno sabrá que tenemos todavía
fuerza y que la gente no está convencida del cambio que nos pregonaron.''
-Muchos dudan de la limpieza del proceso.
-¡Debe serlo! ¿Si no, imagine a dónde
vamos ir a dar?
La elección del dirigente priísta en la
ciudad de México transcurrió entre la apatía de la
gran mayoría de los ciudadanos y el poco conocimiento de los priístas
del lugar donde tenían que votar.
Faltó difusión, admite una presidenta de
casilla. Así, en el Distrito Federal la votación fue relativamente
escasa.
-¿Cómo va la votación?
-Muy bien -responde un presidente de casilla de la colonia
Narvarte, en una de las delegaciones (la Benito Juárez) más
panistas de la ciudad.
-¿Cuántos votos van?
-Casi 180 -dice contento, casi a las 15 horas.
Apenas 10 por ciento de las mil 800 boletas que le entregaron.
A esa hora hay una fila de siete personas, algunas traídas
en un discreto operativo de acarreo por una camioneta que
no tiene logo priísta ni fórmula que anunciar, sólo
un mensaje: ''Veo un PRI que hable por tu voz''.
Su conductor, un fervoso priísta, niega que sea
acarreo. Es una mera facilitación del traslado a los votantes,
porque el agrupamiento de casillas ?dice? aleja el centro de votación.
''Es un servicio del partido, no de alguna fórmula'', asegura.
Se le ve satisfecho de su ir y venir con sufragantes,
aunque lamenta la poca credibilidad en el partido. ''Si no se nos hubiera
atravesado lo de Pemex, sin duda habría mucho más gente'',
dice.
Entre sus transportadas se encuentra una mujer
a quien sus 20 años de burócrata no han hecho más
que reafirmarle su priísmo. Despotrica contra el Gobierno perredista
de la ciudad de México, cuyos cambios en el equipo de trabajo no
le reflejan más que improvisación de sus cuadros.
-Pero eso también lo hacía el PRI.
-Bueno, a veces. Con decirle que cuando yo empezaba a
trabajar en la Secretaría de la Reforma Agraria nos pusieron a un
ginecólogo...
Está
convencida de que el partido tricolor requiere de ''un hombre con
personalidad para que corrija todo lo mal que ha hecho esta mujer'', en
alusión a la actual presidenta, Dulce María Sauri.
Por el rumbo de Iztapalapa, muy cerca del cerro de la
Estrella, las dificultades para encontrar una casilla son serias. Mucha
gente no sabe ni siquiera que hoy es el día más importante
para el PRI en muchos años.
''¿La casilla de qué?'', devuelve la pregunta
el dueño de una vulcanizadora. Y acota: ''Ni idea, ¿eh?''
Entre quienes logran llegar a las mesas receptoras hay
algo de confusión sobre el verdadero sentido de la elección.
-¿Cómo ve el proceso?
-Pues... a ver si con esto se acaba tanta inseguridad,
porque no vea cómo anda la delincuencia ?responde Susana Guerra,
ama de casa.
La afluencia en las casillas de la zona de los Culhuacanes
dista de la registrada en aquellas que se encuentran en avenidas importantes.
A las afueras del salón infantil El Castillo de Trotsky, está
medio escondida una casilla con poca afluencia, donde se da también
lo que fue un problema recurrente en la jornada: votantes que acuden a
casillas equivocadas.
Recién emitido su sufragio, Alejandro Arroyo, quien
acudió con mujer e hijos a votar, responde a la pregunta sobre la
credibilidad del proceso:
-Pues tenemos que creer.