Se trata de reconciliar, no de ajustar cuentas,
dice
Revisión del pasado, sólo con pacto político:
Alvarez Icaza
Demanda a senadores eliminar reservas a convenios internacionales
y ratificar adhesión a la Corte Penal
ANDREA BECERRIL
La revisión obligada del pasado se debe hacer con
base en un pacto político, para que no se traduzca en ajuste de
cuentas, sino en una reconciliación nacional, dijo el presidente
de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Emilio
Alvarez Icaza, en una reunión con senadores, en la que les demandó
quitar las reservas que impusieron a convenios internacionales recientemente
ratificados, a fin de que exista el andamiaje jurídico para la aplicación
de la justicia.
Alvarez
Icaza se refirió de manera específica a la Convención
Interamericana sobre la Desaparición Forzada de Personas y la Convención
sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de Lesa
Humanidad, que el Senado ratificó en diciembre pasado, pero con
candados que impiden fincar responsabilidades en torno a la masacre
en Tlatelolco y la guerra sucia de los setenta, e impiden juzgar
a los militares involucrados.
El ombudsman capitalino subrayó que el debate
de la transición en México tiene como eje el asunto de la
justicia y obliga a revisar esas declaraciones interpretativas y reservas
formuladas a esos instrumentos internacionales para la defensa de los derechos
humanos. Insistió también en que el Senado legisle para ratificar
la adhesión de México a la Corte Penal Internacional.
Alvarez Icaza aclaró que no se trata de un ajuste
de cuentas o de revanchismo político, pero tampoco es la solución
el olvido de lo sucedido en el pasado. "Las cicatrices no han cerrado,
ahí están las heridas", agregó, y destacó la
importancia del encuentro con los distintos actores, ''que incluso llegaron
a las armas".
Explicó que se necesita, por supuesto, un pacto
político mediante el cual los actores acuerden cómo se revisa
el pasado, cuáles son los términos, las formas y los tiempos,
pero también actualizar las normas internacionales.
Habló de la Convención sobre la Imprescriptibilidad
de los Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad, ratificado en diciembre,
pero con la reserva de que sólo operará a partir de su vigencia
y subrayó a los senadores que ello no resuelve, por ejemplo, el
problema de los desaparecidos de los setenta, que sigue vigente; la tortura,
las ejecuciones extrajudiciales.
''No lo resuelve porque es un delito continuado. Hasta
el día de hoy, mientras no haya evidencia jurídica, sigue
siendo un delito, porque la persona sigue desaparecida".
El presidente de la Comisión de Derechos Humanos
del Senado, el priísta Sadot Sánchez Carreño, respondió
al ombudsman capitalino. Respecto de la Corte Penal Internacional,
le dijo que los legisladores lo ven con preocupación y lo estudian
a fondo, porque además de que implica reformar el artículo
21 constitucional, la actuación tenida por Estados Unidos después
de los atentados terroristas lleva a pensar en el riesgo de adherirse a
tribunales internacionales en que sólo se juzgue a naciones con
menos poderío.
Respecto a la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada de Personas, el senador Sánchez Carreño argumentó
que no podía ratificarse con aplicación retroactiva, porque
lo prohíbe la Constitución.
Alvarez Icaza le indicó que el problema en el tema
de los desaparecidos o del 68 es que derive en un ajuste de cuentas. "Yo
creo que eso no le conviene al país, creo que tenemos que hacer
un proceso ordenado, con alcances, reglas y términos".
Esa fórmula, agregó, juega un papel vital,
"porque ni siquiera tenemos la certeza como sociedad, como colectividad,
de los alcances de lo que sucedió. Y yo estoy convencido de que
ni siquiera es un escenario de buenos y malos".
Aclaró que no comparte los cuestionamientos a las
fuerzas armadas, pero debe aclararse qué pasó y se necesita
para ello el andamiaje jurídico; salvar ese debate entre la imprescriptibilidad
de los crímenes de guerra y lesa humanidad ?entre ellos el de desaparición
forzada? y la retroactividad que esgrimen los senadores.
Antonio García Torres, también senador del
PRI, insistió en que adherirse a la Corte Penal Internacional significa
ceder parte de la soberanía. El ombudsman del DF le respondió
que, por el contrario, es un ejercicio de soberanía y de madurez,
ya que se trata de atender ordenamientos internacionales, en la construcción
de una globalización basada en la justicia.