Anémicas, 26 por ciento de embarazadas, plantea la Encuesta Nacional de Nutrición
Con sobrepeso y obesidad, 50% de mexicanas en edad reproductiva
La mitad de la dieta se basa en el consumo de productos derivados del maíz, refrescos, azúcares, café y té, y en menor proporción en la ingesta de carnes, frutas y verduras
ANGELES CRUZ
La mitad de las mujeres mexicanas en edad reproductiva tiene sobrepeso y obesidad, factores que condicionan el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas, a lo que se suma una alta deficiencia nutricional.
La Encuesta Nacional de Nutrición (ENN) 1999 plantea que del total de alimentos que ingieren las mujeres, 20 por ciento son productos derivados del maíz; 13 por ciento refrescos y azúcares, y 11 por ciento café y té. Las frutas y carnes ocupan apenas 4 por ciento del total, mientras que las verduras representan 2 por ciento y se refiere, en particular, al consumo de jitomate.
En cuanto a la prevalencia de la anemia, la investigación más importante del país en su tipo señala que a escala nacional 26 por ciento de las embarazadas y 20 por ciento de las mujeres tienen ese problema. En la zona sur el porcentaje se eleva a 29 y 22.4 por ciento, respectivamente, mientras que en el norte del país es de 29.7 y 20.5 por ciento, en el mismo orden.
Durante la presentación del libro que compila los resultados de la ENN, Juan Rivera, director del Centro de Investigación de Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), destacó que si bien el nivel de anemia en México está por debajo del conjunto de países en desarrollo (42 por ciento), también supera a las naciones desarrollados (17 por ciento). Pero, además, está por arriba del 7 por ciento de prevalencia entre las mujeres que viven en Estados Unidos.
En relación con el problema de sobrepeso, el especialista mencionó que afecta a 30.6 por ciento de las mexicanas, mientras que la obesidad está presente en 21.2 por ciento. Estos porcentajes, dijo, son de los más altos a escala mundial y representan un serio problema de salud pública, principalmente porque en la mayoría de los casos se trata de una adiposidad central.
Este tipo de adiposidad es de mayor riesgo de mortalidad, debido a dislipidemias, diabetes, cálculos biliares y cáncer de endometrio y ovarios.
La ENN subraya que el sobrepeso y la obesidad se incrementaron de manera alarmante en la pasada década. Mientras que en 1988 el 10 por ciento de las mujeres eran obesas, en 1999 la prevalencia aumentó a 21.2 por ciento, siendo casi 6 por ciento mayor su presencia en el medio urbano con respecto al rural. Este nivel de sobrepeso está por encima del registrado en Estados Unidos, lo que para los especialistas es de llamar la atención.
Respecto a las deficiencias de micronutrimentos, la ENN informa que 40 por ciento de las no embarazadas tiene insuficiencia de hierro, 50 por ciento de vitamina C, 30 por ciento carece de zinc y 8.4 por ciento presenta déficit de ácido fólico. Este último es condicionante, en muchos casos, de las malformaciones durante el embarazo, destacó Rivera.
Los estudios de la ENN se aplican a las 28 millones 784 mil 300 mexicanas que tienen entre 12 y 49 años de edad, de las cuales 1.7 por ciento fueron clasificadas de desnutridas, 46.6 por ciento se encontraron en el intervalo de índice de masa corporal adecuado, 30.6 por ciento registró sobrepeso y 21.2 obesidad.
Para Reynaldo Martorell, experto en el tema de la nutrición, estos fenómenos están directamente relacionados con la globalización de la economía. Ante el secretario de Salud, Julio Frenk, y funcionarios del sector salud, el investigador comentó que en Estados Unidos no existe el problema, porque la fortificación de alimentos es una práctica que se realiza a gran escala.
Sin duda, expresó, en México el sobrepeso y la obesidad son un problema nacional que requiere atención inmediata.
Se cambiarán programas, asegura Julio Frenk
Al respecto, el secretario Julio Frenk explicó que debido a estos resultados el gobierno federal cambiará la conceptualización de los programas de ayuda alimentaria, para que en el futuro se enfoquen a mejorar la nutrición.
Al referirse a la estrategia de salud y nutrición en los pueblos indígenas, manifestó que la Secretaría de Salud dispone de 150 millones de pesos para llevarlo a cabo, y calculó que este año estará cubierta la totalidad de las mujeres y niños indígenas del país.
La ENN concluye que deben iniciarse acciones para la prevención y control de la obesidad en el país, problema que ha alcanzado dimensiones epidémicas. Dichas acciones deben incluir la promoción de la actividad física y la orientación alimentaria.
Deben reforzarse los programas para disminuir la anemia y mejorar el estado de micronutrimentos en mujeres de bajos ingresos, así como iniciarse acciones en otros grupos sociales con estas mismas deficiencias. Incluso, Rivera detalló que entre las recomendaciones del grupo de científicos que tuvo a su cargo la elaboración de la ENN está la aplicación de subsidios a quienes promuevan el consumo de alimentos con alto contenido nutricional y se penalice a quienes no lo hagan.