Dictará un conferencia en el Centro de
la Imagen
Rosenfeld concibe el trabajo de la lente como una puesta
en escena
MERRY MAC MASTERS
El
fotógrafo francés David Rosenfeld (1960) concibe el trabajo
de la lente como una puesta en escena que, a su vez, se convierte en su
tema principal. Pero aunque ''dirige'' a sus sujetos o modelos, no desea
ejercer poder sobre ellos. Al contrario, quiere que ''sean lo que son'';
le interesa la improvisación. En su trabajo más reciente,
por ejemplo, busca tener un personaje estático, mientras los demás
''hablan de manera natural''. De esta forma el ser inmóvil adquiere
las características de un fantasma.
Rosenfeld, acompañado de Florence -su único
modelo desde hace dos años-, vino a México para seguir el
trabajo artístico que realiza con estudiantes, ya que es profesor
de la Escuela Superior de Arte y de Diseño, en Amiens, Francia.
Después de una estancia de 15 días en Monterrey, hoy, a las
18 horas, dictará una conferencia sobre su trabajo en el Centro
de la Imagen, en Plaza de la Ciudadela 2, Centro Histórico. (Desafortunadamente,
el Centro de la Imagen se ha vuelto de difícil acceso debido a una
reja alta que encierra el conjunto. Incluso el área de estacionamiento,
que no siempre está abierta.) También trabajará con
voluntarios aquí. Luego, pasará dos semanas en Jalapa.
En un principio, Rosenfeld realizaba imágenes para
reportajes pero advirtió que eso no le convenía por lo anecdótico
y humorístico de sus fotos. Era como decir el mismo chiste dos veces.
Pensó, entonces, que las personas podían cansarse de sus
fotografías. Por otro lado, le daba miedo hacer sus tomas en la
calle por la misma agresividad de los transeúntes. Así fue
como llegó a su actual manera de proceder.
Predilección por lo anónimo
''Soy un espejo'', dice Rosenfeld vía traducción
de Céline, de la Alianza Francesa. Hace los ademanes de lo que quiere
para que los estudiantes entiendan. En sus puestas en escena múltiples,
Florence ya no es el centro, sino el hilo conductor. Piensa en las interacciones
que hay entre la fotografía y la danza, el cine o la coreografía,
antes de afirmar: ''La fotografía no es una piel muerta, sino algo
que vibra. No es un teorema, no tiene solución. Necesita algo que
la escape''. En sus combinaciones múltiples los estudiantes ''quizá
están hablando, pero no sabemos qué pasa en realidad, un
poco como el trabajo de Bergman en Gritos y susurros''.
Dentro de todo esto lo que le interesa es la fotografía
pura. En Amiens creó la galería Snapshot, donde presenta
al mismo tiempo artistas famosos, fotógrafos anónimos y estudiantes.
Siente fascinación por lo anónimo, por parecerse una forma
de fotografía inocente. Para Rosenfeld la imposibilidad de poner
palabras a una imagen constituye un ''éxito''. Sus imágenes
son de pequeño formato ?18 x 13 centímetros? para que no
se vea el grano sobre la fotografía.
Una vez la revista Cosmopolitan le propuso hacer
unas fotos de moda y Rosenfeld accedió, pero con dos condiciones:
''sólo trabajo con Florence'' y la sesión tenía que
ser en Amiens.