Washington, bajo el ojo de Big Brother
Pese a voces opositoras, la policía instala cientos
de videocámaras de vigilancia
JIM CASON DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington. 18 de febrero. En Washington Big
Brother te vigila.
La policía de esta capital instala el sistema de
vigilancia pública más sofisticado de este lado del Atlántico,
al construir una red que permitirá, en un centro de comando, observar
el movimiento de ciudadanos mediante cientos de videocámaras instaladas
cerca del Congreso, estaciones de trenes, puentes y en varios edificios
públicos.
"Es como esa canción de Sting, donde 'cada movimiento
que haces, cada paso que des se graba", explicó recientemente el
profesor Gary T. Marx, en entrevista con el Wall Street Journal.
"Casi cualquiera de estos sistemas de vigilancia es fácilmente justificable.
La preocupación mayor es, ¿adónde nos lleva esto?"
Hace
unos días la policía activó un centro de comando de
siete millones de dólares en el quinto piso de la jefatura de policía,
con 40 estaciones de video que procesan imágenes en vivo de todas
partes de la ciudad. Si una mujer camina hacia una entrada del Capitolio,
un oficial en el centro de comando puede enfocar la cámara para
ampliar la imagen de su cara o de la bolsa que porte. El sistema aún
está en construcción, pero a la larga permitirá a
la policía, y a otras agencias de seguridad pública, usar
estas cámaras, además de las operadas por la FBI, el Servicio
Secreto, el sistema de transporte público y las escuelas públicas.
También se ha considerado vincular sistemas de cámaras privadas
a la red.
La policía empezó a desarrollar este nuevo
sistema después de estudiar el sistema de vigilancia pública
en Gran Bretaña, donde se ha instalado a través del país
una red de más de dos millones de cámaras. Las imágenes
digitales en vivo se filtran por una computadora que compara las caras
fotografiadas con un banco de datos de criminales u otros sospechosos.
La policía en Washington aún estudia si, además de
las cámaras, instalará el sistema británico de rastreo
de caras.
"Estamos intentando mejorar la seguridad de toda la ciudad",
explicó el jefe de policía Charles Ramsey. En una entrevista
por radio, insistió la semana pasada en que se aplicarán
normas para asegurar que la policía no viole derechos de privacidad
de los individuos.
Pero varios legisladores y defensores de derechos civiles
no están tan seguros. "Estos programas de vigilancia se están
aplicando sin el debate público necesario sobre sus consecuencias",
afirmó la legisladora federal Constance Morella, al anunciar que
convocará una audiencia sobre el tema.
La Unión Americana de Derechos Civiles (ACLU, por
sus siglas en inglés) ha escrito al cabildo de la ciudad para exigir
un debate público antes de que la policía comience su monitoreo
sin pruebas que anticipen un crimen. "La tecnología le está
ofreciendo al gobierno lo que sería la visión de Supermán",
comentó Barry Steinhardt, abogado de la ACLU, al Wall Street
Journal. Señaló que aunque las autoridades frecuentemente
vigilan a gente que ingresa a espacios públicos, establecer un sistema
central de vigilancia para detectar los movimientos de ciudadanos por toda
la ciudad podría conducir a abusos.
El y otros advierten que estos sistemas amenazan con cumplir
con las pesadillas pronosticadas en la novela 1984, de George Orwell.
Varias ciudades estadunidenses ya han probado este sistema,
entre ellas Florida, donde el público asistente a un partido de
beisbol fue monitoreado mediante videocámaras conectadas a computadoras,
que compararon las imágenes con las de un grupo de criminales. Pero
ninguno de estos sistemas se ha vuelto permanente.
El nuevo sistema de Washington se controla desde un cuarto
con pantallas de un metro de alto instaladas en las paredes y 40 escritorios
desde los cuales agentes de varias entidades de seguridad pública
pueden monitorear.
Eventualmente la policía espera rastrear qué
ocurre en varias partes de la ciudad y grabarlo digitalmente. Esa información
podría guardarse para análisis posterior o podría
ser enviado de inmediato a patrullas en busca de sospechosos.
"En el contexto del 11 de septiembre no tenemos otra opción
que aceptar un mayor uso de esta tecnología", explicó Stephen
Gaffigan, director de la unidad de vigilancia de la policía. En
entrevista con el Wall Street Journal, agregó que el público
en Gran Bretaña se ha acostumbrando a sistemas similares sin protestar.
Pero incluso algunos policías están en desacuerdo.
Kevin Watson, vocero de la Law Enforcement Alliance, dijo que las comparaciones
con Gran Bretaña no eran apropiadas. ''Inglaterra no tiene una carta
de derechos o de libertad de prensa; no es la sociedad libre en que vivimos
nosotros", argumentó ante medios locales.
La policía ha reconocido que la primera prueba
de su nuevo sistema, con sólo algunas cámaras montadas en
edificios, se hizo para monitorear a los manifestantes contra la globalización
empresarial en las reuniones del Banco Mundial y el FMI, en abril del año
pasado.
Los críticos argumentan que esto es precisamente
lo preocupante: ¿quién decidirá si estas cámaras
serán usadas para vigilar criminales y terroristas o para rastrear
ciudadanos en ejercicio de su derecho a la libre expresión y la
disidencia?