Hablamos con libertad y franqueza, afirma el jefe de Gobierno

Diálogo con espíritu republicano: Los Pinos

JUAN MANUEL VENEGAS

En una hora, conversando sin testigos ni asesores de por medio, el presidente Vicente Fox Quesada y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, resolvieron el punto de una disputa que se llevó toda la semana pasada: la designación del secretario de Seguridad Pública en la ciudad de México, que finalmente recayó en Marcelo Ebrard Casaubón, quien se venía desempeñando como subsecretario en esa dependencia.

"Nos fue muy bien... fue una reunión (con Fox) muy positiva... estoy contento, šfue una muy buena entrevista en la que se llegó a un muy buen acuerdo!", dijo López Obrador al salir de la residencia oficial de Los Pinos, destacando además que tanto él como el mandatario "hablamos con libertad y con franqueza".

Más tarde, y dando tiempo a que el gobernante capitalino informara "oficialmente" el nombramiento de Ebrard -en una conferencia de prensa en la sede del gobierno de la ciudad-, la Presidencia de la República emitió un comunicado en el que manifestó su "beneplácito por el acuerdo alcanzado esta mañana" entre el titular del Ejecutivo federal y el jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Subrayó asimismo que con "un espíritu constitucional y republicano", la conversación de Fox y López Obrador "servirá para estrechar la colaboración entre el gobierno federal y el gobierno de la ciudad de México, y asegurará con ello la eficacia de las acciones en materia de seguridad pública, para tranquilidad de los habitantes de la ciudad de México".

Sin abundar en su comunicado, la Presidencia de la República destacó que "los acuerdos que hoy se alcanzaron constituyen un movimiento clave en la lucha coordinada contra la delincuencia y a favor de la seguridad pública en la capital del país".

Corretiza de los reporteros...

La carta que el presidente Fox envió el jueves a López Obrador, rechazando su propuesta de que el entonces subsecretario de Gobierno capitalino, Francisco Garduño Yáñez, asumiera el mando de la policía de la capital del país, y la respuesta inmediata del tabasqueño advirtiendo que "no aceptaría imposiciones" del titular del Ejecutivo federal, provocaron una expectativa que reunió a casi un centenar de reporteros en Los Pinos, a la espera del anunciado encuentro.

López Obrador llegó puntual a la cita pactada a las 10 de la mañana. Cinco minutos antes entró por la puerta número uno, a bordo de su vehículo, un austero Tsuru blanco.

El ansia por conocer la noticia duró 75 minutos. Apenas se abrió la puerta y asomó el automóvil del jefe de Gobierno, fotógrafos, camarógrafos y reporteros se convirtieron en una valla impasable. Las manos con grabadoras y micrófonos llegaron hasta el rostro de López Obrador. Tras la imagen, los gráficos no dejaban que avanzara siquiera el vehículo.

"No voy a informar nada... a las dos de la tarde los estoy citando en la sede del gobierno de la ciudad para informar los acuerdos a los que llegamos", paró en seco a los informadores López Obrador, renuente en todo momento a adelantar algo.

"šEstamos al aire, señor! ƑYa hay acuerdo en el nombre? Díganos por favor: Ƒya hay nombre?", pedían, exigían los reporteros una respuesta respecto a la designación del secretario de Seguridad Pública.

Pero nada, López Obrador fue cortante: "estoy muy contento", "fue una reunión muy positiva", "šllegamos a un muy buen acuerdo!". Nada, pues, que dejara satisfechos a los reporteros, que lo siguieron más de cien metros hasta la glorieta del asta bandera.

Ya para entonces, los del Estado Mayor Presidencial manifestaban su preocupación. El Ejecutivo Federal saldría en unos momentos para abordar la aeronave que lo trasladaría a Acapulco, y había que desalojar el camino. Férreos en la disciplina, como son, pidieron al conductor del Tsuru de López Obrador que se desviara: "šya viene el señor Presidente, por favor...!"

Nervioso por el enjambre de reporteros que no que quitaba de encima, el conductor hizo caso... pero no dio vuelta a la glorieta. Confundido, se metió hasta el estacionamiento... y hasta allá lo siguieron los reporteros.

Era ya la absoluta confusión... y total, para que nadie consiguiera su objetivo: ni los reporteros hicieron hablar a Andrés Manuel López Obrador, ni los del Estado Mayor lograron despejar el paso del convoy presidencial.

El Tsuru blanco salió del estacionamiento exactamente cuando pasaba la camioneta del mandatario. Ya sin poderlo evitar, el conductor se sumó a la caravana presidencial.

A López Obrador se le vio sonriente. A Fox también...