Pide la presidenta del CEE elevar el nivel de
discusión política en beneficio del electorado
Se utiliza al narcotráfico como arma de desprestigio
en campañas políticas de QR
Operativa y técnicamente están listos
los comicios para elegir diputados y ediles hoy: autoridades
JAVIER CHAVEZ Y ALONSO URRUTIA CORRESPONSAL Y ENVIADO
Chetumal, QR, 16 de febrero. El Partido Acción
Nacional (PAN) acuñó la frase como artificio de campaña
contra el candidato priísta a la alcaldía de Cozumel y ex
secretario particular de Mario Villanueva: "Carlos Hernández es
un aprendiz de narcotraficante".
Días después, la radiodifusora oficial,
Radio Caribe, acusó de dipsómano y cocainómano al
aspirante perredista a la alcaldía de Benito Juárez (Cancún),
Gastón Alegre. Debido a las imputaciones, Alegre se sometió
a un examen antidoping ante un notario público para probar
que no tenía dichas adicciones. Sus adversarios respondieron con
sus propios exámenes.
El
asunto de las narcocampañas no quedó ahí. Un
pasquín difundido en esta capital ligó a Eduardo Espinosa
Abuxapqui, aspirante priísta a la alcaldía, con el tráfico
de estupefacientes: "Si quieres un gobierno de narcos, vota por
Abuxapqui". El abanderado del tricolor, empleado del ex gobernador
Jesús Martínez Ross, salió al otro día fotografiado
en la prensa local con el libelo en las manos y amagó con demandar
a quien fuera responsable de la "calumnia". Tal es el nivel de la campaña
en Quintana Roo.
El electorado se ha pasado los años recientes de
un escándalo a otro: Villanueva, procesado por narcotraficante;
José Chejín Pulido, ex secretario de Finanzas, acusado de
manejar los negocios sucios del ex gobernador; la Procuraduría General
de la República arraigó durante dos meses, por las mismas
razones, a Rafael Lara, ex alcalde de Cancún, y el ex procurador
de Justicia estatal, Miguel Peyreffite Cupido, cabeza de la represión
villanuevista contra la disidencia, fue hallado muerto y con huellas de
tortura en Morelos.
Hastiados de la liga entre política y narcotráfico,
los ciudadanos elegirán alcaldes y diputados en una de las contiendas
más cerradas que se recuerden en la entidad, lo cual no elimina
que el PRI retome el carro completo perdido en 1999.
La historia electoral del estado respalda esta probabilidad:
En 1975, el gobernador Martínez Ross ganó con 98.5 por ciento
de los votos; en 1981, Pedro Joaquín Coldwell triunfó con
96 por ciento; en 1987, Miguel Borge venció con 96.2 por ciento;
en 1993, Villanueva se acercó a 90 por ciento de los sufragios,
y el mandatario actual, Joaquín Hendricks, obtuvo 43 por ciento.
En cuanto a elecciones intermedias, el PRI promedió 80 por ciento
de los sufragios.
Tal es la tradición del priísmo de Quintana
Roo que perdió su primera diputación local hasta 1996. Tres
años después el PRD le arrancó cuatro distritos, lo
que ha sido el máximo logro opositor.
Esta vez podría profundizarse el desplome electoral
priísta o revertirse, según operen las maquinarias partidistas,
que importaron parte de su ingeniería electoral. El gobernador del
estado de México, Arturo Montiel, mandó a su Fuerza Mexiquense,
encabezada por Carlos Armando Biebrich; el panismo activó a sus
ángeles azules para neutralizar a los mapaches mexiquenses,
y el PRD recibió a José Guadarrama Márquez, recientemente
incorporado al sol azteca, pero con fama de alquimista en sus tiempos
de priísta.
Junto con Guadarrama Márquez llegaron "miembros
del CGH", acusó la presidenta del Consejo Estatal Electoral (CEE),
Rosa Covarrubias Melo. La oposición le reclamó sus supuestas
inclinaciones oficialistas, le imputaron haber llegado al cargo por imposición
de Villanueva, y haber sido empleada de la Secretaría de Gobernación;
además, sostuvo que sus descalificaciones eran una forma velada
de hacer campaña partidista.
Covarrubias Melo respondió: "Sería necesario
que elevaran el nivel de la discusión, que no sea sólo una
campaña de ataques y descalificaciones, porque eso sólo hace
perder confianza al ciudadano en los procesos, que nada más los
mira como se pelean, y entonces simplemente no vota".
De acuerdo con la presidenta del CEE, los comicios están
listos operativa y técnicamente. Ahora toca a los partidos políticos
no descalificar la elección.
Los partidos han concentrado sus estrategias en los lugares
más competidos. Si bien la contienda central en Cancún será
entre priístas y perredistas, todos los partidos se unieron a la
campaña contra Alegre y sus excesos.
La más importante radiodifusora del estado, Radio
Turquesa, propiedad de Alegre, ha sido el centro de las acusaciones, pues
se le manejó con evidentes tintes partidistas.
El PAN tuvo su primer desencuentro con Radio Turquesa
al principio de la campaña. Con argumentos legales, que no se descarta
estuvieran amañados, la empresa invalidó un contrato de publicidad
ya firmado. Radio Turquesa no emitió un solo anuncio blanquiazul.
El caso del PRI fue menos escandaloso. Alegre le ofreció
una tarifa casi 200 por ciento más cara que cualquier otra radiodifusora.
Tampoco el PRI pudo anunciarse.
Esto, aunado a las transmisiones en vivo de todos los
actos de campaña de Alegre, propició que se unificaran los
partidos contra el PRD y en la presentación de quejas contra Alegre
ante el CEE, organismo incapaz de organizar un monitoreo de medios para
garantizar la equidad noticiosa y de vigilar el cumplimiento de los topes
de campaña.
La inconformidad partidista motivó que el CEE solicitara
a la Dirección de Radio, Televisión y Cinematografía
(RTC) de la Secretaría de Gobernación que metiera en orden
a Radio Turquesa.
La petición tuvo respuesta y RTC la apercibió
a cumplir la ley y guardar las formas este domingo, para que no se repita
lo ocurrido hace tres años, según partidos y autoridad electoral,
cuando Radio Turquesa invitó al voto en favor de Alegre.
El PRI también operará a su manera en Cancún,
donde el tricolor controla a sus simpatizantes por conducto del
Frente Unido de Colonos, organismo por el cual su lideresa, Magaly Achach,
ocupa actualmente la alcaldía. Será sin duda, junto con la
Fuerza Mexiquense, la estructura que operará el PRI para tratar
de revertir la competencia que tiene con el PRD, que tendrá como
estratega electoral a Guadarrama.
En Cancún se juega también buena parte del
control en el Congreso estatal, pues es sede de los cuatro distritos electorales
que ganó el PRD hace tres años.
Cozumel es otra plaza sede de distrito en riesgo para
el PRI, donde el PAN va en una alianza de facto con el PRD, que
no presentó candidato. Ahí, el panismo concentró la
mayor parte de sus ángeles azules, promotores y vigilantes
del voto.
Otra alcaldía que el PRI arriesga ante Acción
Nacional es Isla Mujeres, cuya presidencia municipal podría obtener
el ex priísta Antonio Coronado, cuñado del actual alcalde
emanado del Revolucionario Institucional, Jorge Martínez Peña.
El PRI tampoco tiene segura Solidaridad, al sur de Cancún,
donde el candidato priísta Gabriel Mendicutti Loría ha perdido
terreno ante su ex compañero de partido, Javier Cal López,
a quien postuló Convergencia por la Democracia.
Más al sur, en pleno corazón de la zona
maya, los municipios de Felipe Carrillo Puerto y José María
Morelos no representarían mayor apuro para el PRI, pues esa zona
con ancestrales rezagos ha sido reserva de votos tricolores, aunque
en las pasadas dos elecciones el PAN ha reportado avance significativo.
En Chetumal, la capital del estado, el PRI podría
perder al menos dos distritos. Representan la amenaza tres ex priístas
que abandonaron recientemente al
partido: el ahora panista José Hadad Estéfano,
así como Martha Morga Arias y Nahum Fuentes Morales, a quienes postuló
Convergencia por la Democracia.
No oculta su preocupación el diputado priísta
Jesús del Angel Marín Carrillo: "Los presidentes municipales
deben enviarnos de inmediato sus cuentas públicas para aprobarlas
a la voz de ya, en un periodo extraordinario".