Nora Patricia Jara
Amplio debate en torno de la consulta
Uno de los resultados más importantes de la tercera consulta ciudadana impulsada por el gobierno capitalino para construir el segundo piso del Periférico y el Viaducto fue el amplio debate que generó la propuesta, y evidenció la urgente necesidad de legislar con respecto a figuras como el referéndum y el plebiscito con el objetivo de discutir los temas de la agenda pública.
Como siempre, el muestreo se realizó enmedio de una gran controversia, que ahora se alimentó de expertos ávidos por demostrar que su técnica para levantar mediciones de opinión pública era la infalible; junto a esto, surgió el compromiso de debatir públicamente por parte de la autoridad y los opositores al proyecto, lo que permitió una mayor exposición de información en los medios, relacionada además de con la preparación y la realización de levantamientos de opinión, también con el polémico plan rector para mejorar la circulación en importantes vialidades de la ciudad de México.
A su vez, los partidos políticos hicieron paralelamente su propia encuesta que vino a aumentar la discusión sobre la problemática del transporte público, privado y concesionado en el Distrito Federal, y la forma en que los ciudadanos consultados perciben posibles soluciones, aparte de la construcción elevada. Si para esto sirven las consultas šbienvenidas! Y qué bueno que disponemos de mayor información para ejecutar una acción que ya había sido anunciada por el Gobierno central; esto es cierto, pero también lo es que luego de la consulta la administración lopezobradorista legitima su proyecto, tanto como la obligación que adquiere para responder a todas las interrogantes que causa la obra misma y llevar a cabo su ejecución con auténtica honestidad, pericia y eficacia; eso fue lo que a la vez se expresó en los diversos sondeos realizados por los actores del proceso.
En ese marco, los diputados de PAN, PRI y hasta el PRD en la Asamblea Legislativa se unen a las voces que pretenden prohibir las consultas gubernamentales, alegando que su uso es político-electoral y que no tienen beneficio para la ciudadanía; me pregunto: Ƒcuántas personas se quedaron sin participar en la pasada consulta ciudadana del GDF? ƑPor qué? Por desconfianza, ya que temieron que al revelar sus datos dentro de un padrón electoral capitalino, éste se use deliberadamente en acciones fraudulentas en próximos procesos electorales, o Ƒcuántos adultos mayores fueron "exhortados" a llamar para pronunciarse por un sí o un no en un tema de una vialidad que, seguro, poco les interesa porque ellos ni automóvil tienen?
Si existe la perversidad política en estos ensayos, entonces que se denuncie formalmente y que no se les haga el juego, porque esto efectivamente nada tiene que ver con la famosa democracia, pero de ahí a descalificar las pocas o escasas oportunidades que tenemos los capitalinos para manifestar nuestra opinión ante una medida que toma la autoridad; eso me parece más riesgoso.
Recientemente el CIDE dio a conocer un estudio donde se menciona la nula participación ciudadana de los mexicanos en acciones de gobierno; en contraste, en días pasados una instancia del ámbito federal anunció la realización de una consulta nacional entre los usuarios del sector salud para evaluar directamente la prestación de los servicios médicos y hospitalarios. La propuesta se calificó de inmediato de histórica.
Tal vez el uso político a futuro que puedan tener estos muestreos de opinión no nos sorprendan, nadie es ingenuo, pero mientras su realización pueda redituar aún más beneficios que perjuicios para los ciudadanos son aceptables, y si bien en este caso como en otros de la capital los legisladores locales se manifiestan radicalmente, al mismo tiempo consideran, con justa razón, su rápida reglamentación.