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Ť Se organizaron brigadas entre autoridades y
comunidad para resguardar el sitio
El hallazgo en El Marquesillo modificará el
mapa de la zona de influencia de los olmecas
Ť Estudian la posibilidad de construir un museo; albergaría
nuevos descubrimientos
ANDRES T. MORALES CORRESPONSAL
Veracruz, Ver., 19 de enero. Autoridades del municipio
de Juan Rodríguez Clara y personal de la delegación regional
del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) integraron,
junto con pobladores del ejido El Marquesillo, brigadas de vigilancia en
el sitio donde se localizó altar olmeca de 2 mil 500 de antigüedad,
de cuyo descubrimiento se dio cuenta ayer en estas páginas, a fin
de evitar el saqueo en lo que sería considerado uno de los adoratorios
prehispánicos más importantes de México.
El equipo de arqueólogos a cargo del proyecto de
exploración también confirmó la localización
de 160 montículos precolombinos y una pirámide de tierra
que simula un cerro natural en una superficie de 40 hectáreas, pertenecientes
a los periodos preclásico y clásico de la cultura olmeca.
Daniel Goeritz Rodríguez, titular regional del
INAH, anunció un ambicioso proyecto de rescate en la zona, donde
se estima pudieran estar sepultadas cabezas colosales similares a las halladas
en La Venta, Tabasco; San Lorenzo Tenochtitlán, y Tres Zapotes,
Veracruz, además de entierros ceremoniales de antiguos dignatarios.
Por el momento, el ara olmeca permanecerá bajo
resguardo de la comunidad El Marquesillo mientra se analiza la posibilidad
de crear un museo y al cual se integrarían los hallazgos posteriores.
En conferencia con la prensa, el delegado del Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH), Daniel Goeritz Rodríguez,
detalló las características del altar olmeca, que sería
la cuarta pieza de este tipo encontrada en las zonas de influencia de la
cultura olmeca -San Lorenzo Tenochtitlán, Tres Zapotes y La Venta-
y el ejemplar mejor conservado.
Puntualizó que la joya fue esculpida en piedra
basáltica entre los años 500 y 200 antes de nuestra era,
en lo que representa la etapa preclásica de la cultura olmeca y
se presume que el material fue extraído del yacimiento más
cercano que se ubica en la región selvática de Los Tuxtlas,
Veracruz.
Entre otras características, el altar ceremonial,
con un peso de 13.5 toneladas, mide 2.50 metros de largo por 2.28 metros
de altura y 1.13 de ancho.
Integrantes del equipo de arqueólogos responsables
de los trabajos para desenterrar la pieza prehispánica, entre los
que se encuentran Lino Espinoza García, Lourdes Hernández
y Luis Heredia, afirmaron que el altar olmeca representaría uno
de los principales elementos de lo que sería un adoratorio precolombino
ubicado en el ejido El Marquesillo.
El sitio, que anteriormente fue conocido como El Cerro
de Moctezuma, representaría uno de los centros ceremoniales más
importantes de la cultura olmeca y hasta la fecha desconocidos en los anales
de la arqueología.
Más descubrimientos
Los investigadores también confirmaron el hallazgo
de 160 montículos precolombinos en una extensión de 40 hectáreas
y una pirámide de tierra comprimida que aparentemente simula un
cerro natural, la cual ha sido deslavada por la corriente del río
San Juan a través de los siglos.
Asimismo, tras el hallazgo del ara de piedra existe la
posibilidad de que en la misma área pudieran estar sepultados otros
vestigios importantes, como serían cabezas colosales similares a
las ya descubiertas en otros puntos del antiguo territorio olmeca, entierros
ceremoniales de dignatarios y sacerdotes, e incluso estelas labradas en
piedra con el historial del sitio.
El señor con las manos mutiladas
Respecto de la contribución de este hallazgo, la
arqueóloga Lourdes Hernández afirmó: ''Quizás
estemos ante uno de los descubrimientos arqueológicos más
importantes de los últimos tiempos y que revelarían nuevos
datos sobre la cultura olmeca''.
Los peritos también explicaron que la zona tuvo
la influencia de dos etapas importantes de dicha cultura prehispánica,
que son el periodo preclásico, que se ubica del año 550 al
200 antes de nuestra era, al cual pertenece el altar encontrado y las piezas
similares de La Venta, Tabasco; así como el periodo clásico,
del 200 antes de nuestra era al 950 después de ésta.
El centro ceremonial de El Marquesillo, que también
ampliaría el mapa de la distribución de los pobladores olmecas
en el sureste mexicano, habría sido abandonado por sus habitantes
debido a motivos desconocidos hasta el momento, ya que las condiciones
en que fue encontrado apuntan hacia un ocultamiento previo por sus antiguos
ocupantes.
El delegado del INAH, Daniel Goeritz, refirió que
la posición en que fue hallado el altar, enterrado boca abajo, significaría
que fue colocado en esa posición y después sepultado adrede
para que no fuera localizado posteriormente.
Además, el dignatario o sacerdote que aparece dentro
del nicho frontal de la pieza tiene las manos mutiladas, una práctica
acostumbrada en las civilizaciones precolombinas para ''curar la escultura
y evitar la profanación''.
''En algunas culturas antiguas, los sacerdotes ordenaban
romper, destruir, mutilar o sepultar las obras y los utensilios sagrados
cuando éstos no podían ser trasladados a otro sitio, con
el fin de impedir que otras culturas las descubrieran y las profanaran''.
Agregó que aparentemente la mutilación del
personaje del ara olmeca, en posición de loto, no obedece a un golpe
por descuido ni fractura en el momento de ser sepultada, sino a un ritual
preconcebido para impedir su profanación.