Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 20 de enero de 2002
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Cultura
04an1cul Ť Se organizaron brigadas entre autoridades y comunidad para resguardar el sitio

El hallazgo en El Marquesillo modificará el mapa de la zona de influencia de los olmecas

Ť Estudian la posibilidad de construir un museo; albergaría nuevos descubrimientos

ANDRES T. MORALES CORRESPONSAL

Veracruz, Ver., 19 de enero. Autoridades del municipio de Juan Rodríguez Clara y personal de la delegación regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) integraron, junto con pobladores del ejido El Marquesillo, brigadas de vigilancia en el sitio donde se localizó altar olmeca de 2 mil 500 de antigüedad, de cuyo descubrimiento se dio cuenta ayer en estas páginas, a fin de evitar el saqueo en lo que sería considerado uno de los adoratorios prehispánicos más importantes de México.

El equipo de arqueólogos a cargo del proyecto de exploración también confirmó la localización de 160 montículos precolombinos y una pirámide de tierra que simula un cerro natural en una superficie de 40 hectáreas, pertenecientes a los periodos preclásico y clásico de la cultura olmeca.

Daniel Goeritz Rodríguez, titular regional del INAH, anunció un ambicioso proyecto de rescate en la zona, donde se estima pudieran estar sepultadas cabezas colosales similares a las halladas en La Venta, Tabasco; San Lorenzo Tenochtitlán, y Tres Zapotes, Veracruz, además de entierros ceremoniales de antiguos dignatarios.

Por el momento, el ara olmeca permanecerá bajo resguardo de la comunidad El Marquesillo mientra se analiza la posibilidad de crear un museo y al cual se integrarían los hallazgos posteriores.

En conferencia con la prensa, el delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Daniel Goeritz Rodríguez, detalló las características del altar olmeca, que sería la cuarta pieza de este tipo encontrada en las zonas de influencia de la cultura olmeca -San Lorenzo Tenochtitlán, Tres Zapotes y La Venta- y el ejemplar mejor conservado.

Puntualizó que la joya fue esculpida en piedra basáltica entre los años 500 y 200 antes de nuestra era, en lo que representa la etapa preclásica de la cultura olmeca y se presume que el material fue extraído del yacimiento más cercano que se ubica en la región selvática de Los Tuxtlas, Veracruz.

Entre otras características, el altar ceremonial, con un peso de 13.5 toneladas, mide 2.50 metros de largo por 2.28 metros de altura y 1.13 de ancho.

Integrantes del equipo de arqueólogos responsables de los trabajos para desenterrar la pieza prehispánica, entre los que se encuentran Lino Espinoza García, Lourdes Hernández y Luis Heredia, afirmaron que el altar olmeca representaría uno de los principales elementos de lo que sería un adoratorio precolombino ubicado en el ejido El Marquesillo.

El sitio, que anteriormente fue conocido como El Cerro de Moctezuma, representaría uno de los centros ceremoniales más importantes de la cultura olmeca y hasta la fecha desconocidos en los anales de la arqueología.

Más descubrimientos

Los investigadores también confirmaron el hallazgo de 160 montículos precolombinos en una extensión de 40 hectáreas y una pirámide de tierra comprimida que aparentemente simula un cerro natural, la cual ha sido deslavada por la corriente del río San Juan a través de los siglos.

Asimismo, tras el hallazgo del ara de piedra existe la posibilidad de que en la misma área pudieran estar sepultados otros vestigios importantes, como serían cabezas colosales similares a las ya descubiertas en otros puntos del antiguo territorio olmeca, entierros ceremoniales de dignatarios y sacerdotes, e incluso estelas labradas en piedra con el historial del sitio.

El señor con las manos mutiladas

Respecto de la contribución de este hallazgo, la arqueóloga Lourdes Hernández afirmó: ''Quizás estemos ante uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos tiempos y que revelarían nuevos datos sobre la cultura olmeca''.

Los peritos también explicaron que la zona tuvo la influencia de dos etapas importantes de dicha cultura prehispánica, que son el periodo preclásico, que se ubica del año 550 al 200 antes de nuestra era, al cual pertenece el altar encontrado y las piezas similares de La Venta, Tabasco; así como el periodo clásico, del 200 antes de nuestra era al 950 después de ésta.

El centro ceremonial de El Marquesillo, que también ampliaría el mapa de la distribución de los pobladores olmecas en el sureste mexicano, habría sido abandonado por sus habitantes debido a motivos desconocidos hasta el momento, ya que las condiciones en que fue encontrado apuntan hacia un ocultamiento previo por sus antiguos ocupantes.

El delegado del INAH, Daniel Goeritz, refirió que la posición en que fue hallado el altar, enterrado boca abajo, significaría que fue colocado en esa posición y después sepultado adrede para que no fuera localizado posteriormente.

Además, el dignatario o sacerdote que aparece dentro del nicho frontal de la pieza tiene las manos mutiladas, una práctica acostumbrada en las civilizaciones precolombinas para ''curar la escultura y evitar la profanación''.

''En algunas culturas antiguas, los sacerdotes ordenaban romper, destruir, mutilar o sepultar las obras y los utensilios sagrados cuando éstos no podían ser trasladados a otro sitio, con el fin de impedir que otras culturas las descubrieran y las profanaran''.

Agregó que aparentemente la mutilación del personaje del ara olmeca, en posición de loto, no obedece a un golpe por descuido ni fractura en el momento de ser sepultada, sino a un ritual preconcebido para impedir su profanación.

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