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Ť Raymundo Cárdenas busca la secretaría
general en la contienda por la directiva del PRD
Se consuma la alianza de amalios y chuchos;
los encabeza Ortega
Ť El senador por Aguascalientes critica a quienes se opusieron
a la candidatura de unidad
Ť Acuerdan ambas corrientes aplicar la misma estrategia
electoral en el resto del país
RENATO DAVALOS
Chuchos y amalios se retiraron del Centro
de Negocios de la Canaco como uno solo, con la apuesta electoral de conquistar
la estructura partidista más que las plazas y los mítines.
Fue un día de votaciones casi unánimes, de reproches a sus
contrincantes y de fórmulas conjuntas que ya abarcan a 17 entidades
del país.
El relato de una elección anunciada se cumplió
con 2 mil convencionistas que corearon a Jesús Ortega y Raymundo
Cárdenas, en un encuentro que según los organizadores de
ambas corrientes costó "sólo 61 mil pesos", sufragados con
aportaciones voluntarias y venta de pines (distintivos metálicos).
Pero los rosaristas también se asomaron a la convención
en la que Ortega prefirió omitir las alusiones directas a Cuauhtémoc
Cárdenas previstas en su discurso inicial, y en la que planteó
que los militantes perredistas quieren propuestas, "no el marketing
que nos derrotó el 2 de julio".
Una voz se alzó en una de las mesas que discutian
el plan de acción de chuchos y amalios. "¡Rosario,
Rosario!", apenas se escuchó.
Fue Carlos Navarrete el encargado de pedir un minuto de
silencio por los tres meses del crimen de Digna Ochoa. Solicitud acompañada
de la "exigencia a las autoridades para que ofrezcan resultados rápidos
de las indagatorias".
Raymundo Cárdenas levantó la mano de Ortega
y viceversa. "Tenemos una propuesta de fórmula", dijo Navarrete
entre el grito de "¡unidad!". Pareció quedar muy atrás
la disputa que Amalia García y Jesús Ortega sostuvieron hace
tres años por la presidencia del partido, y que provocó que
en el PRD se hablara de urnas embarazadas, casillas zapato, carrusel...
fraude electoral al estilo priísta.
Quedó refrendada así la alianza entre las
dos corrientes que en la elección de 1999 fueron enemigas, pero
con el curso del tiempo configuraron un vínculo que les hizo preminentes
en el Comité Ejecutivo y, consecuentemente, en la estructura partidista.
Pero el ahora candidato a secretario general, el zacatecano
Raymundo Cárdenas, evocó las figuras de Cuauhtémoc
Cárdenas, Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo,
"sin cuya colaboración no hubiese podido entenderse la alternancia
en el poder".
El PRD, dijo, no ha logrado construir una propuesta creíble
para dar seguridad a los mexicanos. ¿Qué propone en temas
como el secuestro, la delincuencia o la educación pública?
Tenemos que cambiar y dejar el "corporativismo y el clientelismo;
eliminar las redes informales de poder y derrotar las intenciones de lo
que fue el pasado".
¿Cuál renovación, si se ha dejado
el terreno libre a lo que nos avergüenza? ¿Cómo hacerse
de la vista gorda a lo inaceptable: lucrar con la pobreza? Lejos de darnos
credibilidad social, el corporativismo y las prácticas clientelares
nos contradicen y nos condenan, reforzó Ortega en su mensaje.
Fueron rentados dos gigantescos salones en el Centro de
Negocios de la Canaco para albergar a los chuchos y los amalios
que llegaron de todo el país. Los "costos del traslado de los convencionistas
estuvieron a cargo de cada representación", aseguró Onel
Ortiz, uno de los organizadores.
El resumen estadístico se condensó con la
presencia de 64 diputados, dos jefes delegacionales capitalinos, 59 presidentes
municipales, 10 integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, 64 síndicos,
148 regidores, 54 consejeros nacionales, 16 presidentes de comités
locales, 12 secretarios generales, 284 consejeros estatales, 214 de los
comités estatales y 396 de comités municipales, entre un
largo etcétera.
Las papeletas que tuvieron los convencionistas en sus
manos desde temprana hora sólo contemplaron tres nombres: Jesús
Ortega, Raymundo Cárdenas y Ramón Danzós Palomino.
También se sumaron otras corrientes perredistas
como Misol, encabezada por Héctor Sánchez. Por ellos habló
Pavel Hernández, quien expuso su oposición a los "liderazgos
desde posiciones oligárquicas o paternalistas". Necesitamos candidatos
demócratas, "no ungidos por la aristocracia del partido", dijo.
Se adhirió además el Movimiento de Bases
Insurgentes, representado en la convención por Gerardo Fernández
Noroña, quien expuso: "queremos un proceso en el que se consolide
la unidad, no la división".
En su mensaje de unción, Ortega lanzó que
los liderazgos en el PRD "deben servir para fortalecer al partido y al
proyecto, no al revés".
-¿Le preocupa que Cárdenas Solórzano
apoye a Rosario Robles?
-No, porque como dijo el ingeniero, él aportará
sólo un voto como el de cada militante del PRD. En el partido los
sufragios no se pesan, se cuentan.
Tampoco estuvieron Camilo Valenzuela y el resto de los
redires (Red de Izquierda Revolucionaria). Ortega llamó también
a recordar que la confrontación interna los ha desgastado. Y a los
que "no quisieron venir" dijo que se pondrá fin a la era del conflicto
permanente. Luchamos por una candidatura unitaria que nos permitiera salir
fortalecidos.
Aunque todos "hemos acusado recibo" a la demanda de unidad
por parte de la militancia, es evidente que "no todos entendemos lo mismo
por ella, y algunos compañeros y compañeras no tienen la
disposición de construirla", criticó. Debemos ser realistas
exigiendo lo imposible, pero debemos hacer posible lo necesario.
El PRD que queremos, resumió, no es aquel que puede
decir no pero no sabe decir sí, y que no tiene un programa actualizado.
Queremos un partido ganador que no concentre sus energías en el
conflicto interno.
Apenas fueron perceptibles los "tres votos en contra"
de la fórmula Ortega-Cárdenas que evitaron la unanimidad.
Hubo otros cuatro en contra cuando se aprobó que la misma estrategia
unitaria de ambas corrientes se aplique en el resto del país de
cara a la elección del 17 de marzo.
Los organizadores se empeñaron en explicar que
con la venta de "mil pines, a 500 pesos cada uno ?chapeados en oro?, se
recaudó buena parte de los recursos" para costear la convención
que colmó la planta baja y el cuarto piso del Centro de Negocios.
La mesa de la plataforma fue encabezada por Cuauhtémoc
Sandoval y Jorge Calderón. La del plan de acción, por Carlos
Navarrete y Eduardo Espinosa. Ahí se detallaron las fechas, las
convocatorias y los términos para proponer a los candidatos para
la insaculación electrónica que hará el servicio electoral
para designar a los encargados de las casillas. Se acordó también
el reforzamiento de la presencia orgánica en estados como Tabasco.
Una estrategia rumbo a la conquista de la estructura.
Con la consigna de ir tras la estructura, los chuchos
y los amalios se habían fundido en una alianza impensable
hace no mucho tiempo, entre música de Thalía que les despidió
desde las bocinas y los salones del centro colmados de mantas como aquella
de evocaciones de otros rumbos: "Jesús, 30 mil votos apoyan tu candidatura:
Puebla".