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Ť Reflejó en La Ciénaga la problemática argentina
América Latina ha despreciado el poder del cine, lamenta Lucrecia Martel
AFP
Paris, 18 de enero. A sus 34 años, la argentina Lucrecia Martel es la directora de cine latinoamericana más premiada de los últimos meses, gracias a su primera película La Ciénaga, "historia sobre la fragilidad humana" que se transformó sin pretenderlo en fiel imagen de un país en crisis llamado Argentina.
"Yo no quería hacer una metáfora del país sino contar la vida de la gente que conozco, pero ellos son argentinos e inevitablemente la familia pequeña que protagoniza la película se transformó en un retrato de mi país", declaró la directora.
Premiada en los festivales de Berlín, Toulouse y La Habana, La Ciénaga, recién estrenada en Francia, se incluye, según Martel, en un "cambio de generación" en el cine latinoamericano, presente en Argentina y Uruguay, todavía incipiente en Brasil, México y Chile y casi invisible en Perú, Ecuador y otros países con menos tradición cinematográfica.
"América Latina ha despreciado el poder del cine, la posibilidad de compartir su cultura con otros países y, sobre todo, de reforzar íntimamente su identidad. Porque verse reflejado en el cine o en cualquier otra forma de expresión es importante para un país, ya que es una reflexión sobre sí mismo y su historia para evitar que la memoria se diluya", explicó la joven directora.
La Ciénaga es el nombre del pueblo imaginario del norte de Argentina donde transcurre la película y también el terreno pantanoso en el que parecen estar irremediablemente atrapadas las vidas de los protagonistas del largometraje.
Sin quererlo, Martel reflejo con destreza la "parálisis progresiva" de la sociedad argentina: "La gente de mi generación en Argentina lleva años sin saber qué hacer y eso es terrible."