ƑLA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Legisladores sin idea

SOBREVIVIENTES AMBOS DE la reciente pesadilla navideña, déjame felicitarte, lector, por tu entereza, ya que salir vivo, aunque no necesariamente sano, de tan confabulado trance tiene su chiste. Ya nomás falta el despiadado guateque de fin de año y, en muchos casos, la fiesta de Reyes. De ahí en adelante casi todos retomaremos la tradicional combinación de ajo y agua -a jodernos y a aguantarnos-, tan extendida por estas latitudes.

COMO DIAS ANTES de la dichosa Navidad los miembros de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobaron una bien intencionada Ley de Protección a los Animales (irracionales), misma que utilizó demagógicamente un verde diputado -Arnold Ricalde- para pretender prohibir la asistencia de menores al espectáculo taurino, he aquí algunas sugerencias para cuando de plano la ALDF decida prohibir, en serio, las decadentes corridas de toros -más por la inobservancia sistemática del reglamento que por crueles- en la ciudad de México, quesque por inducir a la violencia a los menores:

DETERMINAR MEDIANTE INVESTIGACION estadística qué porcentaje de la población total del DF y zona metropolitana asiste con regularidad a corridas o novilladas en la Plaza México, habida cuenta de que la capacidad de ésta, a reventar, es de 44 mil espectadores, que se reúnen a lo sumo dos o tres veces al año, mientras que el resto las entradas no alcanzan en promedio ni 50 por ciento del aforo.

PROMEDIADA LA ASISTENCIA anual a tan premoderno espectáculo, sacar el porcentaje que corresponda a jóvenes menores de 18 años, y de éstos cuántos suelen acudir regularmente a la plaza acompañados de un mayor.

DE ESE REDUCIDISIMO segmento de menores, establecer cuántos hacen lo que se les pega la gana y cuántos reciben oportuna explicación de las suertes, los tercios de la lidia, los terrenos, pintas, encornaduras y comportamiento cambiante de las reses, de parte de los mayores que los llevan.

UNA ENCUESTA ANTERIOR (1995) reveló que casi 70 por ciento de asistentes adultos confesaron saber "algo, poco o nada" de tauromaquia, y la experiencia demuestra que la gran mayoría de quienes llevan menores a las plazas se desentienden de éstos o, a lo más, les compran comida y bebida y los llevan al baño, generalmente a mitad de una faena interesante.

CUANDO LOS INADVERTIDOS asambleístas tengan cifras confiables del número real de menores de 18 años que acuden a los cosos taurinos pero no reciben ninguna explicación sobre los detalles de la función, realizar un enésimo estudio estadístico para concluir qué porcentaje de esos menores desinformados taurinamente ha intentado repetir en su hogar, con su mascota, alguna de las suertes que vio en la plaza.

TAMAÑA ESTUPIDEZ HA sido manejada por algunos verdes ecologistas, que en su patológica taurofobia sostienen que hay casos, sin precisar cuántos, de niños que han tratado de banderillear con tenedores al gato o de dejar, con un cuchillo pastelero, una estocada en los lomos del perro, sin saber si lo lograron o recibieron certero arañazo u oportuna mordida. Mientras tanto, Ƒseguirá la ALDF a merced de tan ridículos seudohumanitarios y seudomodernos?