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Ultima hora: aprueban la reforma fiscal
Ť A partir de enero, cautivos o no, los contribuyentes tendrán que pagar más impuestos Ť "Pensamos en facilitarles la vida", sostiene uno de los legisladores Ť "Vivirán en condiciones que ni imaginan", dice
DE LA REDACCION
Cuando menos se esperaba, cuando la reforma fiscal se encontraba en el dramático punto de ser nonata, la luz se apoderó de legisladores y máximas autoridades del país, incluyendo el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), para darle, como seres humanos que son todos ellos, la esperada y nunca suficientemente ponderada reforma fiscal.
El milagro, que de seguro en su momento será objeto de estudio por parte de las sacras luminarias vaticanas, sucedió en lo oscurito porque, como explicó a este diario un legislador que prefirió guardar el anonimato como ser social que se siente, ''así convenía a los intereses del pueblo y, claro está, de todos nosotros, sus señorías que legislan gracias al voto siempre generoso de la ciudadanía mexicana''.
Pues sí. Aunque usted no lo crea, nos recetaron una reforma fiscal que, al decir siempre humilde de los expertos en la materia, nos hará felices porque con ella nos hará sentir más dadivosos y más mejor con nosotros mismos.
"Como mexicanos y, sobre todo, como seres humanos, nos sentimos bien orgullosos de la acogida que seguramente el pueblo brindará a este nuevo pacto social que, además, cuenta con el irrestricto apoyo, y es para reseñarlo porque cuesta creerlo, de las instituciones multilaterales de crédito."
Dicho lo anterior, que es gran cosa, Chente Calderón de Bartlett y Ortega-Cevallos del Niño Verde, que al contrario que los de la voz anterior, sí tuvo el valor, como ser político que se considera, de no esconderse tras las paredes del siempre cobarde anonimato, agregó que el citado milagro guarda una estrecha relación con los atentados del 11 de septiembre en el vecino Estados Unidos (más o menos), y también con el rollo en Argentina, donde al pobre De la Rúa lo desemplearon sin miramiento alguno.
Según el político, que en sí mismo reúne los indispensables requisitos de ser líder del partido en el poder y de oposición, en México se abrió un intenso como necesario debate sobre nuestro destino manifiesto al calor de los avionazos asesinos sobre las Torres Gemelas de Nueva York.
En este sentido, que no en otro, este político de apellido insufriblemente largo y tedioso, pero al mismo tiempo brillante por lo mismo, consideró que el FMI y el BM lograron unificar, ''como seres sociales que son ambos organismos", los criterios de todo el arco político parlamentario mexicano, es decir, nacional.
El tal político, que optó por no guardar el anonimato, agregó que a partir de enero todos nosotros, cautivos o no de Hacienda (la de ellos), pagaremos más y mejor y que, debido a ello, "todos, pero absolutamente todos ustedes porque déjenme decirles que ustedes son la máxima y única preocupación de nosotros, legisladores y políticos, que no dormimos pensando cómo podemos facilitarles la vida como seres humanos que son, vivirán en condiciones que ni imaginan''.
Lo mejor del citado milagro, remató el multicitado, es que la ciudadanía no dispondrá de la información suficiente como para hacerse una idea acabada -''para qué quieren más de la cuenta''- de la receta milagrosa que nuestros preclaros legisladores-políticos tuvieron a bien regalarnos antes de fin de año.
Por cierto, y antes de que se nos olvide, un cobarde legislador nos contó que el reformón no es para hacer escándalo. Que la tal reforma fiscal es cosita de nada comparada con la ''gran negociación" en ciernes, que pasa por compartir, más en serio, en fondo y en forma, nuestros recursos con los maravillosos y democráticos amigos del norte, con esos de arriba, los únicos, los irrepetibles.
Por lo que respecta a esta redacción, hay que confesarlo como seres mediáticos que somos, mostró una impotencia total a la hora de repreguntar a nuestras fuentes sobre el milagro.
Finalmente, como seres virtuales que también somos, optamos por rendirnos ante nuestros modernos próceres, sabedores felizmente de que no es necesario preguntar, mucho menos cuestionar, unas decisiones que, sabias como son, buscan nuestro bienestar como mexicanos que somos, a veces a pesar de nosotros mismos, que también es un modo de ser... Ƒo no?
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