Jaime Martínez Veloz

Impuestos de clase

En su momento, ideas dispersas sobre política monetaria aventuraron la pretensión de establecer gravámenes a operaciones financieras en mercados internacionales de divisas. La propuesta más formal llegó a ser conocida como impuesto Tobin, al ser formulada por este premio Nobel, pero con un alcance limitado y sin las implicaciones redistributivas con que ahora se le asocia. La sugerencia de esta carga impositiva la hizo James Tobin en los setenta y recibió el premio años después, no necesariamente por esa propuesta teórica fiscal.

La propuesta sugería la imposición de un pequeño gravamen a transacciones en algunos instrumentos financieros, fundamentalmente operaciones realizadas con divisas en los mercados de futuros; la razón de ser del impuesto tenía clara intención recaudatoria, más que de penalización contra la actividad especulativa con que se asocia la operación de instrumentos financieros.

Tobin mencionaba la conveniencia de un fondo de recursos a disposición de organismos internacionales para sufragar precisamente la necesidad de requerimientos a escala mundial. Más allá de mecanismos de cooperación y del fondeo de recursos para programas y organizaciones mundiales, la propuesta constituía un intento adicional de captación por métodos poco convencionales.

La operación a futuros del mercado internacional de divisas se caracteriza por un alto componente especulativo, de modo que una ligera franja de apenas una décima de punto porcentual sobre esas transacciones tendría un efecto mínimo en la operación verdaderamente productiva de esos instrumentos. Según Tobin, la dificultad de aplicar controles al flujo internacional financiero obligaría a exigir verdaderas muestras de voluntad política en los más importantes centros políticos y financieros del planeta. Una suerte de compromiso de aquellos sitios de transacciones más importantes, como Hong Kong, Londres, Singapur, Nueva York, entre otros, para ahí establecer los controles. Asimismo, una supervisión estricta en los paraísos fiscales como las Islas Caimán.

ƑQué organismos podrían implementar las medidas? Bueno, así como el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha supervisado el estricto cumplimiento de programas económicos restrictivos por todo el orbe, en situaciones como la aplicación del impuesto señalado habría la oportunidad de que mostraran otro rostro.

He querido mencionar el famoso impuesto Tobin como preámbulo de la definición de la reforma fiscal en México en la Cámara de Diputados. El amplio conjunto de leyes y propuestas de reforma es identificado por la mayoría de la gente en la intención del gobierno federal de establecer el cobro del IVA en alimentos, medicinas, libros y educación privada. Para necesidades de comprensión de un asunto más complejo, esta sobre-simplificación permite a la población "entender" algunos resultados concretos de la intención gubernamental.

A lo largo del complejo proceso de análisis legislativo sobre esta reforma regresiva, lo que me ha llamado la atención es la persistencia tecnocrática en desdeñar la masiva oposición popular a cobrar impuestos por enfermarse, comer o educarse. La soberbia característica de las elites ilustradas de este país es calificar de ignorante la resistencia contra el IVA o de ser producto de la "incapacidad" de la gente común para entender lo que es bueno para ella, según le recetan los nuevos capataces del Ejecutivo federal.

El gobierno insiste en querer demostrar al engañado comprador que la bisutería electoral de julio de 2000 es joyería auténtica. Se niega a hacer válida la póliza de garantía. De ahí el chantaje de condicionar el cumplimiento de sus promesas de campaña a la aprobación de una reforma fiscal de clase, en la que nuevamente los más pauperizados carguen los costos de una supuesta recuperación económica prometida.

Ojalá en estos tiempos de globalización, con la facilidad con que se comprometió el esfuerzo internacional en la guerra contra el terrorismo, ojalá así mismo se lograra el compromiso de los poderosos para siquiera considerar la factibilidad de recaudar fondos de actividades improductivas. La sofisticada inteligencia de nuestras luminarias, demostrada con creces en la elaborada pretensión de cobrar a quienes menos tienen, bien podría dejar huella en imaginar la aplicación de gravámenes al capital especulativo. Claro que eso sería posible si prescindieran de sus intereses de clase.

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