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OBSERVATORIO CIUDADANO DE LA EDUCACION
Comunicado No. 68
El mercado informal de la educación en México
Ť Creciente número de "escuelas" para preparar
en exámenes de admisión a los aspirantes
Ť Cuestionables métodos de operación, carencia
de controles y nula información pública al respecto
Ť ¿Se deben prohibir, controlar o sustituir?
Desde hace varios años los ciudadanos hemos visto
proliferar establecimientos de diverso tipo que ofrecen preparación
a los estudiantes para aprobar los exámenes de admisión al
bachillerato y las universidades, los del Ceneval, y otros como el de clasificación
de especialidades médicas y los nuevos exámenes de la Secretaría
de Educación Pública (SEP) para la acreditación del
bachillerato por demostración de conocimientos. También abunda
la oferta de regularización de alumnos que han reprobado materias.
Estos servicios se promocionan a través de volantes repartidos fuera
de los centros de inscripción, mediante anuncios en los periódicos,
en carteles del Metro o en el directorio telefónico; se imparten
en todo tipo de establecimientos y por lo general aseguran un resultado
satisfactorio y hasta la devolución del pago en caso de fracaso.
Los precios varían en función del aparente grado de dificultad
del examen y en función de la demanda social a la que están
orientados. Todo parece indicar que hay una relación directa entre
las políticas de control de la calidad educativa mediante selección
"objetiva y externa" y el desarrollo de este sector, que medra al margen
de la estructura formal educativa, se conoce sólo superficialmente
y se deja actuar sin control. Debido a sus implicaciones para el sistema
público de educación, Observatorio se ocupa en esta
ocasión de analizar estos servicios, las causas de su expansión
y las características de sus principales proveedores y usuarios.
La experiencia internacional
La tutoría privada, como se suele designar a estos
servicios, no es un fenómeno nuevo ni exclusivo de nuestro país.
Según algunos especialistas, se ha desarrollado en aquellos países
donde la competitividad representa el valor central del proceso educativo.
Asimismo, la implantación de exámenes generales, especialmente
de ingreso y egreso, ha provocado que este negocio tenga un número
creciente de clientes (Mark Bray, "Supplementary Private Tutoring", en:
Education across the Commonwealth, no. 1, julio 2000). En Singapur,
por tomar un ejemplo, se estima que 50 por ciento de los estudiantes de
primaria y 30 por ciento de secundaria reciben tutoría privada,
mientras que en Malasia se considera que, en los próximos años,
hasta 85 por ciento de los estudiantes recibirán algún tipo
de clases particulares. En Japón, país en que la tutoría
privada tiene una tradición muy añeja, se reporta que hacia
mediados de los noventa las ganancias anuales sumaban 14 mil millones de
dólares. De modo similar, en Corea los padres de familia gastaron
en 1996 aproximadamente 25 mil millones de dólares en servicios
de tutoría privada, lo que representaba entonces 150 por ciento
del gasto público en educación. En varios países europeos,
así como en Estados Unidos y Canadá, el mercado de las tutorías
privadas se ha desarrollado a la par de los procesos de evaluación
y acreditación externos; otro tanto sucede en países de América
Latina en que, como es el caso de Brasil y Argentina, los exámenes
generales son la norma para ingresar a las instituciones de enseñanza
posobligatoria y para obtener la acreditación profesional. En el
caso brasileño, el temido examen "vestibular", que se aplica a los
candidatos a ingresar a las universidades públicas, ha generado
un sistema paralelo de gran tamaño dedicado exclusivamente a la
preparación de aspirantes.
En estas condiciones, el tema de la tutoría privada
ocupa un lugar importante en el debate internacional sobre los problemas
de la educación: ¿se deben prohibir, tolerar o controlar
estas modalidades?, ¿cuál es su dimensión y qué
efectos tienen sobre la formación educativa y sobre la distribución
de oportunidades de acceso al sistema?, ¿se les debe considerar
un mal necesario, un complemento del sistema formal o bien como expresión
del fracaso de la escuela para obtener los resultados que se esperan? Estas,
entre otras, son preguntas que inquietan a la vista del aún incontrolado
crecimiento de este "mercado informal" de servicios educativos.
Efectos sobre la equidad
El mercado de los servicios privados de tutoría
escolar tiene clientes o consumidores y proveedores. Sin embargo, no es
una actividad regulada mediante normas de operación específicas
o a través de la supervisión de las autoridades educativas.
Los estudiantes que utilizan estos servicios enfrentan por lo general circunstancias
muy distintas: o bien son alumnos con dificultades de aprendizaje y falta
de disciplina académica que recurren a la tutoría para paliar
sus deficiencias, o bien son estudiantes de alto desempeño que buscan
hacer mínimos los eventuales riesgos de fracaso. Muy frecuentemente,
en la familia recae la decisión de contratar el servicio, a menudo
por sugerencia de los profesores. La decisión de tomar clases particulares
de regularización tiende a generar mayores desigualdades dentro
del sistema educativo: los datos disponibles indican que en México
existe relación directa entre los niveles de reprobación
y los ingresos familiares; en tales condiciones es poco probable que un
individuo con dificultades de aprendizaje y con una situación económica
precaria pueda pagar para recibir clases de regularización; por
lo tanto, este sujeto estará más proclive a formar parte
de los mexicanos en desventaja educativa que aquel que, aun con los mismos
problemas escolares, pueda erogar cierto monto para prepararse fuera de
las horas de clase. La existencia misma de un circuito escolar privado
que resuelve (real o potencialmente) las deficiencias del sistema educativo
público es un factor de falta de equidad educativa: si los estudiantes
que pueden pagar cursos de preparación para los exámenes
obtienen mejores resultados, entonces los alumnos con menores capacidades
económicas se enfrentan a una competencia desigual por los puestos
u opciones disponibles.
El impacto de estos servicios sobre el gasto educativo
de las familias se desconoce; sin embargo, no se puede ignorar que su abundante
oferta significa que un segmento importante de los estudiantes están
optando por esta alternativa y que, además de los gastos familiares
en cuotas o colegiaturas, transporte, libros y otros insumos escolares,
existe un gasto privado en educación transferido a un sector fuera
de control y sin ninguna obligación de "rendición de cuentas".
Desde el punto de vista de la familia, este consumo puede ser un medio
para evitar gastos mayores asociados a la repetición o simplemente
para asegurar la continuidad de los hijos en el trayecto escolar.
Aparte de sus implicaciones sobre la equidad, la tutoría
privada tiene otros aspectos controvertidos: ¿quiénes son
los proveedores de este tipo de servicios educativos? Dentro de la escuela
alterna existe una amplia gama de maestros, los cuales pueden variar desde
los mismos profesores de las escuelas públicas, estudiantes universitarios
y profesionistas sin empleo. Si una condición de que exista este
tipo de servicios son los problemas de aprendizaje, otro complemento para
su desarrollo es el bajo nivel salarial de los maestros. Con el propósito
de compensar sus ingresos, algunos mentores podrían verse en la
necesidad de ofrecer sus servicios profesionales de manera particular fuera
de las horas de clase regulares. Este hecho podría generar problemas
de carácter ético dentro de las escuelas públicas.
Al carecer de regulaciones, nada obliga a los establecimientos que cumplen
funciones de complemento escolar a contar con una planta docente adecuada,
con especialidad en los contenidos que se imparten y con los conocimientos
didácticos del caso. Por el contrario, en las escuelas de regularización
y preparación de exámenes se promueven prácticas francamente
antipedagógicas, tales como la memorización intensiva.
De acuerdo con algunas experiencias internacionales, y
como resultado de sus efectos negativos, gobiernos como los de Corea y
Mauritania trataron de prohibir la tutoría privada sin éxito
alguno. En otros casos, como Hong Kong y Singapur, se optó por la
regulación: se permite siempre y cuando los maestros no tengan como
"clientes" a sus propios alumnos y las asociaciones de maestros supervisan
su operación regular. Otra posibilidad es que los gobiernos ignoren
totalmente su existencia, alternativa que parece ser el caso en nuestro
país.
Interrogantes
La tutoría privada es un servicio en expansión
y plantea importantes problemas éticos, de equidad y calidad educativas
al sistema público de educación. Hasta ahora no se ha apreciado,
por parte de las autoridades educativas, ninguna posición definida,
pese a que recientemente se presentó el programa sectorial correspondiente.
En la agenda educativa permanecen diversos problemas; uno es el financiamiento
que en estos días se discute, pero las autoridades deben tener presente
que los retos son múltiples y se requieren acciones definidas, sobre
todo considerando que ya ha transcurrido un año desde que asumieron
funciones.
- ¿De qué forma el gobierno actual piensa
hacer frente a este problema y reducir sus efectos negativos?
- ¿Se prevén medidas para regular este tipo
de servicios educativos? En caso afirmativo, ¿qué acciones
se consideran y quiénes participarán?
- ¿Qué plazos se tienen previstos para poner
en marcha las primeras acciones? ¿O es que acaso éste será
un tema ignorado durante el presente sexenio?
¿QUIENES SOMOS?
Nuestros comunicados aparecen en el segundo y cuarto viernes
de cada mes en este espacio periodístico; se pueden reproducir en
cualquier medio indicando su procedencia. Todos los ciudadanos están
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