25aa1esp
Agustín Sánchez González
María Grever: la Madona de la canción
Joaquina de la Portilla Torres falleció hace medio
siglo, el 15 de diciembre de 1952, en la ciudad de Nueva York. Quizá
ese nombre diga poco a quienes han escuchado a una de las compositoras
mexicanas más populares de todos los tiempos: María Grever,
autora de piezas clásicas en el mundo entero como Júrame,
Cuando vuelva a tu lado, Alma mía, Bésame y Vida mía,
entre muchísimas más.
Recientemente
un grupo de investigadores y músicos mexicanos descubrió,
también, la autoría de la Grever en música para concierto
que, en buena hora, será estrenada en el Festival Internacional
Cervantino del próximo año. Se trata de una opereta, Cantarito,
descubierta por la cantante Nayeli Nesme y los compositores Alberto Núñez
Palacio y Arturo Márquez. (La Jornada, 14 de octubre de 2001.)
La vida de María Grever es poco conocida. La revista
Hoy publicó el 10 de enero de 1953 una estupenda remembranza
de José M. Sánchez García, autor de una historia del
cine mexicano, donde evoca su amistad con la Madona de la canción.
Sánchez García, hace cincuenta años,
ya vislumbraba el desconocimiento de la vida de María Grever. Escribe:
"Con haber sido tan popular y querida la personalidad de María Grever,
poco se sabe de su vida. Es algo extraño, pero cierto, que he podido
comprobar con motivo de su fallecimiento. Leí en todos los periódicos
muchos elogios, pero poca sustancia biográfica".
Medio siglo después no ha cambiado mucho la situación
y sigue pendiente una biografía de esta gran compositora.
María Grever nació en la Hacienda
de Otates, ubicada en León, Guanajuato ?muy cerca de donde hoy se
encuentra el aeropuerto?, el 16 de agosto de 1892; a los seis años
marchó a Sevilla, España, de donde era originario su padre,
Francisco de la Portilla, mientas que su madre, Julia Torres, mexicana
de nacimiento, tenía origen hispánico.
María se casó con León A. Grever,
de quien tomó el apellido para inmortalizarse como la gran compositora
que es.
Según Sánchez García compuso su primera
obra, Bésame, antes de "cumplir el segundo lustro de vida,
aunque no fue publicada hasta 1925".
Sus primeros éxitos los tuvo con El reo, El
ruiseñor y con Vida mía; sin embargo fue con la
interpretación de Júrame, en voz de José Mójica,
cuando alcanzó su mayor éxito. Esta canción, por cierto,
es interpretada por todos los grandes cantantes del mundo.
Por esos años, el bolero comenzaba a convertirse
en la música más popular y permanente de nuestro siglo, y
María Grever alcanzaba un éxito tras otro, con obras como
Una rosa, un beso; Lamento gitano; Cuando vuelva a tu
lado; Tipitín; Dame tu amor; ¿Quién
eres tú?, Saudades, y muchas más.
Pero no sólo en la canción popular fue grande;
ya señalamos el descubrimiento de Nayeli Nesme que señala
que María Grever fue alumna de Claude Debussy; se ha señalado
que musicalizó varias películas para la 20th Century Fox
y la Paramount Pictures.
María formó parte de la pléyade de
mujeres compositoras que destacaron en el bolero como en ningún
otro género, como Teresa Carreño, Consuelo Velázquez,
María Teresa Vera y Carla Blay.
En 1953 Tito Davison realizó la cinta Cuando
me vaya, una "biografía muy melodramatizada de María
Grever", interpretada por Libertad Lamarque, por la que obtuvo un Ariel
en 1955, como premio especial, por sus canciones para la película;
también Manuel Esperón ganó un Ariel por la música
de fondo, y fueron postuladas Libertad Lamarque, por actuación femenina,
y Prudencia Grifell, por papel de cuadro femenino.
De María Grever se ha señalado que su estilo
romántico y elegante marcó pauta en el bolero. La intensidad
con la que vivió, a la postre, determinó su final. Sánchez
García cuenta que al escuchar la interpretación de Nestor
Chaires de su canción Vida mía, en el Carnegie Hall,
en 1948, se emocionó tanto que le provocó una hemorragia
cerebral que devino en parálisis del lado izquierdo. No obstante
siguió con su vida: en 1949 vino a México a realizar una
serie de conciertos; el ayuntamiento de la ciudad le otorgó la medalla
al mérito civil, a una mujer maravillosa, que venía a su
país, paralítica.
En noviembre de hace medio siglo fue intervenida quirúrgicamente
para extirparle numerosos cálculos biliares, pero a los cinco días
entró en agonía y falleció el 15 de diciembre. Nueve
días después, el día 24, aquí, en su patria,
fue sepultada en el Panteón Español.
Sin embargo, María Grever sigue presente en la
música popular y en la vida de quienes cantamos sus canciones hoy,
a pesar de medio siglo de ausencia física.
|