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Jenaro Villamil
Osama-video: la construcción de un villano
Bien pudo ser una grabación de la empresa Endemol,
creadora de la serie Big Brother, o una ocurrencia de Brozo en su
incursión a Televisa, pero lejos de una broma mediática,
el reciente video difundido por el Pentágono y las grandes cadenas
televisivas tiene como objetivo algo menos humorístico: retornar
al bombardeo de la opinión pública estadunidense y occidental
con la imagen del villano mediático de los últimos años.
El más reciente "monstruo moral", construido en los imaginarios
sociales. El líder árabe "repugnante", como lo calificó
CNN. La individualización de la amenaza que justifica una guerra
de largo alcance.
La estrategia ha sido exitosa en términos demoscópicos:
el video de la culpabilidad de Osama logró elevar de nuevo a 90
por ciento el apoyo de los estadunidenses a la operación bélica
en Afganistán; según Newsweek, 75 por ciento de los
ciudadanos desean a Bin Laden "vivo o muerto". Sin embargo, también
ha alentado una airada reacción en el mundo árabe y no pocas
suspicacias entre la opinión pública europea. El corresponsal
de la BBC, Fran Gardner, consideró que el momento de revelación
del video es "ciertamente desafortunado para Washington. El efecto potencial
más inmediato es agudizar el enojo del público árabe".
En términos similares, el analista político jordano Labib
Kamhawi declaró a la televisora británica que aun si el video
es genuino, los elogios de Bin Laden a los ataques "no constituyen prueba
de que fuera el responsable" de ellos.
La filtración de esta cinta de un video-aficionado
sin identificar, forma parte de un nuevo capítulo de la guerra mediática
interna en Estados Unidos. Algunos elementos indican que se trataba de
un cálculo de la Casa Blanca para reorientar a la opinión
pública:
1. En primer lugar, se conoce una semana después
que los medios confirmaran que las cartas con ántrax que desataron
un brote de sicosis en Estados Unidos fueron obra no de un terrorista de
Al Qaeda sino de un fanático anti-abortista estadunidense, identificado
por la FBI.
2. A nivel informativo, el video opacó convenientemente
la decisión de la Casa Blanca de retirarse del Tratado de Misiles
Antibalísticos (ABM), para desarrollar una nueva gama de armas "defensivas"
contra la amenaza terrorista. La revista Newsweek ofreció
la semana pasada un reportaje de estas nuevas armas "inteligentes", que
incluyen las municiones de ataques directos conjuntos (JDAM, en inglés).
Una bomba de este tipo se programa para caer del cielo y "leer" las señales
de satélites del Sistema de Posición Global. Su capacidad
destructiva es 10 veces mayor.
3. Estas "armas inteligentes" probadas en Afganistán
han provocado un promedio de 60 civiles muertos cada día, desde
el inicio de la operación Libertad Duradera, el 7 de octubre.
Un cálculo elaborado por Marc W. Herold, titulado "¿Quién
reclamará a los muertos?" revela que más de 3 mil 6 civiles
afganos han muerto desde entonces hasta el 5 de diciembre. Por supuesto,
estas cifras no se han dado a conocer en los grandes medios estadunidenses
sino en periódicos como The Times of India, o en sitios de
Internet críticos a la guerra, como Alternet.org, que en las últimas
semanas tuvo un repunte de 500 por ciento de consultas.
4. En la gran prensa estadunidense, ciertos testimonios
comenzaron a impactar en contra de los intereses del Pentágono.
El 3 de diciembre, The New York Times publicó la historia
de un joven afgano llamado Khall, quien sobrevivió a los bombardeos
en Tora Bora. "La villa ya no existe más. Toda mi familia, 12 personas,
fueron asesinadas. Yo soy el único que queda. He perdido a mis hijos,
a mi esposa. Ellos ya no están más", declaró. Otros
testimonios calculaban, para esa fecha, la muerte de 200 personas en Tora
Bora. El pasado 13 de diciembre, el periódico británico The
Independent confirmó que las fuerzas armadas de Estados Unidos
trataron de encubrir la matanza de 280 simpatizantes de Bin Laden en Kandahar.
En lugar de esta cifra, el Pentágono sólo reconocía
20 muertos.
En este contexto, aparece la "revelación" de culpabilidad
de Osama Bin Laden. Las cuatro principales cadenas televisivas -ABC,
CBS, NBC y Fox News- han privilegiado la transmisión y repetición
de las partes del diálogo del saudita en las que afirma: "calculamos
de antemano el número de víctimas mortales del enemigo en
función de su posición en la torre... Los hermanos que llevaron
a cabo la operación todo lo que sabían era que sería
una participación de martirio, y les pedimos ir a Estados Unidos,
pero ellos no sabían nada sobre los detalles de la operación".
Sólo la agencia CNN informó, como segundo tópico,
la reacción de incredulidad y enojo en el mundo árabe.
En la prensa y los grandes medios europeos, las críticas
al bombardeo de Israel a Palestina se han acrecentado como correlativo
a la transmisión del Osama-video. Desde hace más de tres
semanas, la opinión pública del viejo continente ha tomado
distancia de la operación de George W. Bush, a raíz del renovado
espíritu bélico contra los palestinos. En Gran Bretaña,
el principal aliado, el apoyo ha disminuido de 80 a 66 por ciento de las
encuestas; en Francia bajó de un promedio de dos tercios a 50 por
ciento; en Alemania e Italia, alrededor de la mitad de los encuestados
han pedido que los bombardeos a Afganistán se suspendan, según
los reportes de Alternet.org.
Frente a estas posiciones, Bush vuelve a robar cámara
desacreditando a los críticos del video. Lo más sintomático
es que finalmente Washington ha tenido que concentrar sus esfuerzos en
demonizar a Bin Laden, en transformar la guerra global contra el terrorismo
en un western con escenario en las cuevas de Tora Bora -paradójicamente,
construidas con el apoyo de Estados Unidos durante la guerra de los mujaidines
contra la Unión Soviética. La "maldad moral" de Bin Laden
no resuelve, sin embargo, la principal pregunta que persiste frente a la
operación en Afganistán: ¿este villano justifica el
bombardeo indiscriminado contra afganos que ni siquiera tenían idea
de que existieran las Twin Towers?
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