edito.html
LA HORA DE LA VERDAD
Documentos
oficiales entregados por una fuente anónima a este diario comprueban
lo que durante 33 años negó el gobierno mexicano: el Campo
Militar Número Uno sirvió como centro de detención
tras los sucesos del 2 de octubre de 1968.
En este lapso, los gobiernos priístas negaron los
abusos cometidos en contra de civiles, encubriendo a los responsables de
la matanza de Tlatelolco y de la guerra sucia, no obstante que la sociedad
mexicana, gracias a testimonios de sobrevivientes y víctimas de
la represión de Estado, no tenga la menor duda de la irracionalidad
y exceso de violencia con que éstos actuaron, apoyados por las fuerzas
armadas.
Las fotografías que muestran a grupos de estudiantes
en esa instalación militar son prueba irrefutable que desmiente
la versión oficial y devela el rostro de un régimen autoritario
que no escatimó recursos en el uso de la violencia.
En otras gráficas pueden observarse detenciones
de civiles "sospechosos", que dan testimonio de las acciones del Batallón
Olimpia, comandado por el coronel de infantería Ernesto Gutiérrez
Gómez Tagle, en el interior del edificio Chihuahua, frente a la
Plaza de las Tres Culturas.
Asimismo, en documentos adicionales, que reafirman las
imágenes, aparecen listas de detenidos en el Campo Militar Número
Uno, elaboradas por la Dirección Federal de Seguridad, bajo el mando
de Fernando Gutiérrez Barrios, que forman parte del expediente de
detenidos que actualmente se encuentra resguardado --y debidamente catalogado--
en el Archivo General de la Nación.
¿Por qué se ocultó la existencia
de estos documentos durante tantos años? ¿Por qué
sacarlos a la luz pública hasta ahora y como filtraciones, precisamente
cuando el tema de los abusos a derechos humanos y el tema de los desaparecidos
durante la guerra sucia son dos de los puntos más cuestionados del
gobierno?
Al margen de las razones para hacer pública esta
información, destaca el valor documental de los testimonios históricos
que hoy publicamos, mismos que quizá sirvan para esclarecer parte
de lo ocurrido el 2 de octubre, sobre todo en el caso de los familiares
de los jóvenes que fueron remitidos al Campo Militar Número
Uno y que hoy están desaparecidos.
Si en la reciente conmemoración de la matanza de
Tlatelolco, el presidente Fox reconoció al movimiento estudiantil
del 68 como uno de los antecedentes más importantes de la lucha
democrática de los mexicanos, es de esperar que en un acto de congruencia
se haga público el archivo de la Secretaría de la Defensa
Nacional, para que finalmente se pueda esclarecer lo sucedido y se lleven
a cabo los procedimientos penales en contra de los responsables.
El gobierno de Vicente Fox tiene la oportunidad de demostrar
a la sociedad mexicana que está dispuesto a resolver los casos de
las atrocidades perpetradas por gobiernos anteriores y garantizar que no
volverán a ocurrir jamás. Esto se logrará entregando
la información a instancias con atribuciones para llevar a cabo
procesos penales.
Parte de esa información ya es pública y
nadie puede negar lo que se pretendió ocultar durante tantos años.
Parece que ha llegado el momento de la verdad.
|