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LUNES Ť 10
Ť DICIEMBRE Ť
2001
Ť Este año se cancelaron dos convenios para
investigar la biodiversidad
Negocian empresas con la Semarnat tres acuerdos para
comercializar recursos genéticos
ANGELICA ENCISO L.
Aunque este año fueron cancelados definitivamente
dos convenios en los que empresas e instituciones académicas nacionales
e internacionales investigaban la biodiversidad mexicana, con el fin de
obtener recursos genéticos para uso comercial, hay al menos otras
tres solicitudes de investigación en puerta, además del proyecto
del Corredor Biológico Mesoamericano que impulsa el Banco Mundial
(BM).
La
dirección de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente
y Recursos Naturales (Semarnat) tiene tres solicitudes de empresas para
establecer los llamados convenios de bioprospección, los cuales
están permitidos por la ley "pero debe haber reglas claras y el
consentimiento previo informado de las comunidades indígenas", sostuvo
el secretario de la Comisión Nacional de Biodiversidad, Jorge Soberón.
Precisamente la falta de información a las comunidades
fue uno de los argumentos que esgrimieron por alrededor de dos años
los opositores del convenio ICBG Maya -Investigación farmacéutica
y uso sustentable del conocimiento etnobotánico de la región
maya de los Altos de Chiapas-, el cual, hace unas semanas, fue cancelado
definitivamente por uno de los participantes: el Colegio de la Frontera
Sur.
"Queremos discutir en nuestras propias lenguas y ritmos,
entender bien lo que contienen estos proyectos y hacer propuestas sobre
el uso de nuestros conocimientos y recursos", indicó Antonio Pérez
Méndez, del Consejo de Médicos y Parteras Indígenas
Tradicionales de Chiapas. Este proyecto contaba con financiamiento de la
Universidad de Georgia, el Ecosur y Molecular Nature Limited, empresa biotecnológica
de Gales.
Los convenios de bioprospección
Los convenios de bioprospección son acuerdos entre
instituciones académicas y empresas mediante los cuales los gobiernos
permiten investigar selectivamente la biodiversidad, con la finalidad de
hallar recursos genéticos y bioquímicos comercialmente valiosos
para luego patentarlos, pero tradicionalmente dependen del conocimiento
de las comunidades rurales e indígenas.
Además del ICBG Maya fue suspendido a principios
de año el convenio entre la empresa estadunidense Diversa y la UNAM,
que comenzó en 1998. Esto, después de que organizaciones
no gubernamentales presentaron una denuncia ante la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la cual determinó
que había irregularidades administrativas. Otro convenio fue el
de la Sierra Norte de Oaxaca, el cual sí concluyó porque
la comunidad participó directamente en el proyecto, aunque otros
residentes de la zona se opusieron al considerarlo como saqueo de los recursos
genéticos.
Dentro de esta línea está el que impulsa
el Banco Mundial, en su programa sobre el Corredor Biológico Mesoamericano,
que incluye a Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas. En estas
entidades se localizan las zonas de bosque húmedo de Tehuantepec
y Yucatán, los bosques secos de Yucatán, los humedales de
Quintana Roo y las selvas nebulosas de Chiapas. En todas esas zonas se
localiza gran parte de la biodiversidad de México, que está
en el quinto lugar mundial, indicó Gian Carlo Delgado, del Centro
de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, quien
pronto publicará el libro La amenaza biológica.
Destacó el hecho de que en esas zonas también
hay áreas de gran riqueza biológica que están protegidas:
Sian Ka'an, Calakmul, Montes Azules, Río Lagartos y El Triunfo,
las cuales, para su manejo, cuentan con recursos del Fondo Mundial para
la Naturaleza y del Banco Mundial.
En un análisis sobre la propuesta del Banco Mundial,
indicó que el organismo tiene considerado "rescatar" la diversidad
agrícola, la que campesinos e indígenas de México
y Mesoamérica han conservado. En este sentido, apuntó que
las actividades de uso sustentable de la biodiversidad, que el Banco Mundial
ha tomado en cuenta, se refieren específicamente a la investigación
sobre plantas medicinales y recursos con potencial comercial.
Precisó que el organismo internacional, con apoyo
de la Conabio, que se encargará de la instrumentación del
programa y concluirá en 2008, incluye cuatro acciones -la primera
no se menciona en el documento- con las que pretende trabajar en ecosistemas
costeros, marinos y de agua dulce, en los forestales y en los sitstemas
montañosos, básicamente de Chiapas.
Con ello el organismo impulsa un "proyecto de saqueo"
y da el primer paso para la construcción de un sistema de biopiratería
continental subordinado a transnacionales de la biotecnología, agregó.
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