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LUNES Ť 10
Ť DICIEMBRE Ť
2001
Ť Las reformas para enseñar esa materia todavía
no arrojan los resultados esperados: especialistas
A ocho años de implantado, aún no aterriza
el programa de matemáticas
Ť Falta de capacitación a profesores, alumnos en
difícil situación socioeconómica y escasa cultura
de mexicanos en la asignatura, las razones del fracaso, afirma Alicia Avila,
de la UPN
CLAUDIA HERRERA BELTRAN /I
Acercar a los niños a las matemáticas de
una manera más amable fue la bandera de la reforma educativa salinista.
A ocho años de la introducción de estas modificaciones, revolucionarias
en su momento porque se enfocaron a enseñar la materia mediante
la solución de problemas, este modelo no termina de aterrizar
en las escuelas, y las evaluaciones revelan modestos avances.
Especialistas en la enseñanza de las matemáticas
consideran que la reforma aún no arroja los resultados esperados,
pero afirman que aún es pronto para descalificarla. Aducen tres
razones: los maestros no han hecho suyos los cambios por falta de capacitación,
los alumnos tienen desventajas socioeconómicas que les impiden sacar
más provecho de la escuela y hay una precaria cultura matemática
entre los mexicanos.
En
las primarias del país la asignatura es la segunda más importante.
Una cuarta parte del trabajo escolar se dedica a su estudio. Los niños
aprenden seis temas: números, operaciones aritméticas, medición,
geometría, nociones de razón y proporción, tratamiento
de información y conceptos de predicción y azar.
A decir de los expertos, los libros de texto mexicanos
están en la frontera del conocimiento. En 1993 la Secretaría
de Educación Pública (SEP) hizo eco de reformas educativas
de países de avanzada en el tema, como Francia, y transformó
radicalmente la enseñanza de la asignatura. La lógica de
conjuntos se suprimió y la resolución de problemas matemáticos
se convirtió en la varita mágica para levantar los bajos
resultados que obtenían los estudiantes.
Ocho años después, la gran promesa no se
ha cumplido. Aunque las evaluaciones nacionales e internacionales no permiten
comparar los resultados anteriores y posteriores a la reforma, refieren
que las generaciones formadas con los nuevos libros de texto siguen arrastrando
problemas serios.
El diagnóstico más reciente de la SEP, que
aparece en el Programa Nacional de Educación, indica que la mitad
de los estudiantes de primaria (más de siete millones) no han alcanzado
los objetivos establecidos en los planes de estudio, al tiempo que los
egresados de secundaria presentan "competencias débiles" en matemáticas.
El estudio de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE), recientemente publicado, ubica
a México en el penúltimo lugar dentro del grupo de los 32
países examinados en matemáticas.
La evaluación de la UNESCO
Una evaluación más cercana a la realidad
mexicana, la que aplicó la UNESCO en 11 países de América
Latina hace un año, ubica a los estudiantes de México en
quinto sitio, superados por los de Cuba, Argentina, Chile y Brasil. De
acuerdo con este informe, los niños mexicanos obtienen un desempeño
bajo en los temas de numeración y habilidades para resolver problemas.
Consiguen un desempeño medio en geometría, alto en operaciones
con números y significativamente alto en el trabajo con fracciones
comunes.
Antes de que concluyera el gobierno de Ernesto Zedillo,
la SEP presentó un informe en el que asegura que el Tercer Estudio
Internacional de Matemática y Ciencias demuestra que entre 1995
y 2000 aumentó el nivel de conocimiento y habilidades de los alumnos
evaluados. El avance fue mínimo. Obtuvieron un incremento de 4.1
puntos porcentuales en preguntas respondidas correctamente.
Hasta ahora el único estudio que ha analizado la
reforma de 1993 es el de la investigadora Alicia Avila de la Universidad
Pedagógica Nacional (UPN). Los resultados de este análisis,
aplicado en una entidad del centro del país, indican que los alumnos
obtienen en promedio cinco de calificación, y pese a haber estudiado
con el nuevo enfoque no han desarrollado las habilidades suficientes para
resolver problemas matemáticos.
En 1959, cuando aparecieron los primeros libros de texto
gratuitos, los temas centrales eran aritmética y geometría,
en una escuela que se preocupaba más por dar a sus alumnos conocimientos
útiles para su vida práctica, como hacer cuentas, aprender
la regla de tres y las unidades de medida.
Catorce años después el modelo de enseñanza
de las matemáticas tuvo su primera transformación importante.
La investigadora Natalia Bengoechea, de la UPN, explica que en la década
de los setenta se incluyó en los libros de texto teoría de
conjuntos, probabilidad y estadística. El estudio de las matemáticas
comenzaba a hacerse más complejo.
La SEP argumentó en esos años que la incorporación
de más contenidos de "matemática moderna" iba a permitir
que los niños estuvieran a la altura de un mundo que empezaba a
tecnologizarse. Sin embargo, esta teoría comenzó a tambalearse
en 1975, cuando la SEP corrigió los programas y disminuyó
el peso de la lógica de conjuntos, porque resultaba ser un tema
complejo.
A mediados de los ochenta, países como Francia
e Inglaterra definitivamente descartaron de sus programas educativos la
lógica de conjuntos y se enfocaron a la resolución de problemas
matemáticos.
Mientras esto sucedía, en México la SEP
reconoció, durante el gobierno de Carlos Salinas, que los estudiantes
de primaria tenían problemas en el razonamiento matemático
y en la destreza para aplicarlo. La reforma fue inevitable.
Los escollos de la renovación de 1993
La nueva propuesta se topó con muchos escollos.
Los maestros recibieron apresurados cursos que les sirvieron de poco para
transformar su práctica escolar. En tanto, en las escuelas normales
los futuros profesores seguían aprendiendo con los programas de
los años setenta.
La presión sobre el maestro fue enorme. De pronto
tuvo que dejar de explicar los conceptos matemáticos en el pizarrón
para dar una clase más lúdica, en la que dejara de ser "el
sabelotodo" de las matemáticas y se convirtiera en un asesor que
planteara problemas a los niños para que ellos llegaran a las soluciones.
Ese fue el centro de la reforma.
A ocho años de distancia, los problemas salen a
flote. De acuerdo con el estudio de Alicia Avila, los maestros adoptaron
los cambios de manera desigual. "En algunos salones de clase prevalece
lo viejo, salpicado con algo nuevo. Y en otros, al contrario, prevalece
lo nuevo pero con las prácticas de antaño." Por ejemplo,
encontró que los maestros, en su afán por dar una clase más
creativa, utilizan objetos manipulables, pero sus alumnos siguen haciendo
repeticiones mecánicas. "Sólo que ahora la repetición
ya no se hace en el cuaderno, sino con piedritas o muñequitos."
Esta investigación también demostró
que la aritmética sigue teniendo mucho peso en la primaria, pese
a que las dos reformas recientes trataron de romper esa tradición.
Los alumnos obtienen los puntajes más altos en aritmética
y tienen más problemas en geometría, medición y probabilidad.
Pero lo más grave que reveló es que, a pesar
de la reforma de 1993, los niños continúan teniendo dificultades
para resolver problemas matemáticos.
La evaluación también demostró que
los estudiantes de escuelas urbanas obtuvieron los puntajes más
altos, aunque hay excepciones. Avila lo atribuye a dos aspectos: que los
padres de familia con mejores niveles educativos pueden ayudar al niño
en cuestiones básicas, como hacer la tarea, y que las familias con
mejor capital cultural le exigen más a la escuela y vigilan que
esté dando buenos resultados.
En este sentido, la investigadora Natalia Bengoechea de
la UPN señala: "Hay muchas casas donde no hay libros, ni siquiera
un diccionario. y muchas personas no han tenido más formación
de matemáticas que aprender a contar".
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