Ambos comparecieron por separado en el Tribunal Federal del Distrito Este de Nueva York, donde se les señaló que, de ser declarados culpables, enfrentarían cadena perpetua o pena de muerte.
El capo se declaró no culpable de dirigir una empresa criminal, de tráfico de drogas y de uso ilegal de armas de fuego en una audiencia ante el juez Robert Levy en Brooklyn.
La extradición a EU de capos de la droga ocurre cuando una delegación mexicana intenta disuadir al presidente, Donald Trump, de la imposición de aranceles del 25 por ciento.
Fue liberado en 2013, pero el gobierno de Estados Unidos solicitó a las autoridades mexicanas que cumplimentaran una orden de detención con fines de extradición y fue reaprehendido el 15 de julio de 2022.
El capo mexicano es considerado uno de los principales prófugos de la justicia estadunidense tras el homicidio del agente antidrogas, Enrique Camarena Salazar.