El papa fue trasladado a la Nunciatura Apostólica de la Santa Sede en Yakarta donde se encontró con huérfanos, migrantes y personas sin hogar, según el Vaticano.
La decisión fue aprobada por el papa Francisco y respeta la política del pontífice argentino de dar más espacio a las mujeres dentro de la institución.
El pontífice criticó las leyes que criminalizan la homosexualidad y las señaló como “injustas”. Llamó a los obispos a acoger a las personas LGBTQ en la Iglesia.
El pontífice llamó a los jóvenes a “embajadores de la paz, para que el mundo descubra la belleza del amor, de la fraternidad, de la convivencia, de la solidaridad".
Lamenta abusos a niños indígenas canadienses. Admite que la integración forzada de los pueblos originarios a la sociedad católica destruyó sus culturas.