Rafael Grossi afirmó que un ataque directo a la central de Zaporiyia o la interrupción del suministro eléctrico externo podría provocar un accidente nuclear con consecuencias radiológicas.
La organización de la ONU indicó una ralentización de la producción de uranio enriquecido al 60%, umbral cercano del 90% necesario para fabricar una bomba atómica.
El pacto alcanzado en 2015 entre Irán y las grandes potencias permitió levantar las sanciones a cambio de que Teherán se comprometiera a no desarrollar armas nucleares.