Los guerrilleros arremetieron desde el jueves contra la población civil en la región del Catatumbo (noreste), donde hay más de 52.000 hectáreas de hoja de coca sembradas.
Las autoridades afganas ya habían liberado a casi 5.000 talibanes, pero se negaban a dejar en libertad a estos 400 detenidos, implicados en varios atentados graves.