Los continentes de la Tierra han experimentado una pérdida de agua dulce sin precedente desde 2002, impulsada por el cambio climático, el uso insostenible de las aguas subterráneas y las sequías extremas.

Dos satélites de la misión Proba-3 de la ESA proporcionaron horas de imágenes a la carta a los científicos.

La hipótesis se deriva de reconstrucciones tectónicas de placas para el período Ordovícico que señalan las posiciones de 21 cráteres de impacto de asteroides. Todos estos cráteres están ubicados a 30 grados del ecuador, a pesar de que más del 70% de la corteza continental de la Tierra está fuera de esta región.