Durante toda su vida de escritor, Proust estaba “muriendo”, inspirado de muchas maneras diferentes por este sentimiento en el lecho de muerte –en su fase “activa” de “animosa decadencia”.
En este texto sobre la obsesión se ahonda en el insomnio, sus posibilidades destructivas y creativas, la 'angustia del ser' derivada de la privación del sueño y las especulaciones nocturnales sobre la existencia.