Los estupefacientes fueron detectados el pasado 7 de noviembre con uso de rayos X en la garita comercial de Mesa de Otay en Tijuana, limítrofe con San Diego, California.
Provenientes de Guerrero, Michoacán y algunos países de Centroamérica dicen estar desesperados por su situación y tener de que les pase algo en Tijuana.