La Comisión Federal de Comunicaciones es una agencia independiente que está bajo supervisión del Congreso, pero Trump ha dejado entrever que le gustaría ponerla bajo control de la Casa Blanca.
Pidió a la Guardia Nacional no para enfrentar alguna amenaza extranjera como China o Rusia, ni inmigrantes, sino para confrontar a lo que llamó el “enemigo interno”: sus opositores.