Afganistán sigue atrapado en una creciente crisis humanitaria y socioeconómica que ha devastado a la población desde la toma de poder por parte de los talibanes en agosto de 2021.
Desde hace seis años, tras el asesinato de Julián Carrillo, la comunidad Coloradas de la Virgen se desplazó a refugios donde viven en condiciones poco salubres.
La diócesis de San Cristóbal de Las Casas afirmó que por la violencia, se prevé que cientos de familias no puedan regresar a sus hogares antes de seis meses.
Organizaciones marcharon en el municipio de Tumbalá donde reprocharon al gobierno que la estrategia de combate al crimen los ha desplazados de sus poblaciones.
Sudán se sumió en el caos a mediados de abril, cuando las tensiones entre el ejército y un grupo paramilitar rival, las Fuerzas de Apoyo Rápido, estallaron en combates abiertos.
La gobernadora, María Eugenia Campos Galván, informó que por el momento se carece de condiciones para que regresen a sus hogares en la comunidad La Sierrita.
La agrupación denominada Indígenas Mesoamericanos de Chiapas, pidió la intervención de autoridades para garantizar la seguridad de Reynaldo Pérez y José Vázquez Gutiérrez.
Para el juego en el Wembley se repartieron mil entradas a ucranios desplazados por la guerra, quienes ondearon la bandera de su país en el recinto deportivo.
Organismos informaron que durante 2021 hubo 42 episodios de desplazamientos de casi 3 mil personas. La mayoría provocados por la violencia y el narcotráfico.
Las familias pertenecientes a Cuetzala del Progreso, Apaxtla de Castrejón, y Teloloapan protestaron a la orilla de la carretera federal Iguala a Ciudad Altamirano.
Hay más de tres mil familias registradas para recibir un terreno adquirido por el gobierno estatal, informó la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Sustentable.
El Centro Regional de Derechos Humanos de Chilapa agradeció el interés de conocer el testimonio directo de los desplazados por la violencia entre grupos criminales.
