Las principales ciudades de ambos países, incluidas Adana y Diyrabakir en Turquía y Alepo e Idlib en Siria, luchan con la escala de destrucción que dejó el terremoto.
Las afectaciones ocurren sobre todo en la parte antigua de la ciudad, donde los viejos inmuebles sufren un gran deterioro y sobrepoblación. Hubo tres muertos.