Las órdenes de arresto contra el primer ministro israelí y su ex ministro de defensa, Yoav Gallant, son por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
La orden de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) aumenta aún más la presión internacional sobre un Israel cada vez más aislado para que frene su guerra contra Hamas en Gaza.
Se los busca por el crimen de guerra de dirigir ataques a blancos civiles y causar daños incidentales excesivos a personas u objetos civiles, así como de cometer actos inhumanos.
"Reafirmamos nuestro apoyo indefectible a la corte como institución judicial independiente e imparcial", afirmaron los firmantes de la declaración leída ante la Asamblea General de la ONU.