En la primera etapa de la contingencia aumentó el consumo de leche debido a compras de pánico, pero con el cierre de restaurantes y hoteles, la demanda de productos lácteos disminuyó en forma importante.
Prevé un decrecimiento de 7.5 por ciento en 2020, con ello, la pérdida acumulada de ingresos reales en la región será “un poco más profunda que en la crisis financiera mundial”.