El icónico sonidero, embajador del High Energy en México, convirtió las inmediaciones del Ángel de la Independencia y la Glorieta del Ahuehuete en la discoteca más grande del país.
La historia fue difícil y hubo que dar muchas batallas y resistir frente a un gobierno autoritario que los prohibió y que le tenía especial miedo a la reunión de multitudes de jóvenes.