El cierre del gobierno federal supondría la suspensión de los servicios básicos no esenciales e impediría el pago de salarios a unos dos millones de trabajadores.
El resultado pone fin, por ahora, a la amenaza de un cierre, tras las discusiones previas en la Cámara de Representantes, que llevaron al gobierno al borde de un perturbador cierre por falta de fondos.