Los capitalinos están respirando polvo, hollín y dióxido de azufre en altas concentraciones derivado de cuatro incendios en áreas verdes y en una fábrica de aerosoles.
Con la nueva normatividad se desincentiva la comercialización de grandes vehículos contaminantes y los autos de mayor cilindraje que son por los que la industria obtiene mayores ganancias.