Disparos de celebración en Kabul, la noche del viernes, causaron al menos 17 muertos y al menos 40 heridos después de que el Talibán declaró haber capturado Panjshir.
La última salida de fuerzas occidentales de Afganistán ocurre entre carnicerías en tierra, agrias acusaciones y recriminaciones en Washington y Londres.
El presidente estadunindense informó que se han evacuado vía aérea a 11 mil personas desde Kabul en las últimas 36 horas, aunque no abundó en detalles.
El canciller Marcelo Ebrard informó que el país está atendiendo solicitudes de refugio y en particular de mujeres y niñas que buscan salir de Afganistán.
El atentado, que fue reivindicado por el Estado Islámico, se realizó en la provincia de Baghlan, contra la asociación HALO Trust, de desminados de zonas de conflicto.
El portavoz de la policía de Kabul, Ferdaws Faramarz, comentó que no se ha detenido a nadie aún, pero se cree que los homicidios se debieron a una rencilla familiar.