Washington se propuso desmontar el TCA, responsabilizando a Moscú de limitar a una distancia máxima de 500 kilómetros los sobrevuelos en el enclave estratégico de Kaliningrado (antigua Prusia oriental).
Donald Trump acusó al Kremlin de violar los términos en materia de seguridad que permitía desde 1992 sobrevuelos de inspección del territorio de los países firmantes.