Manifestantes y policías se rociaron mutuamente espuma y agua, un gesto amistoso que contrasta con la violenta convulsión social que vive el país desde diciembre pasado.
"Si en las próximas 48 horas no surge una persona capaz de al menos lograr una tregua, no le veo ningún futuro a que esto se resuelva ni remotamente", señala una periodista.