Al menos 15 personas, entre ellas 10 mujeres y tres niños, murieron en medio del caos causado por una aglomeración de pasajeros que se apresuraban a subir a trenes retrasados en Nueva Delhi.
La capital india ya no tiene el nivel “peligroso” por polución, que obligó a cerrar también algunas fábricas, detener obras y a prohibir la circulación de vehículos no esenciales.