La fiscalía valoró que no fue víctima de tortura durante su detención y traslado a la Ciudad de México, tras haber asesinado a Luis Donaldo Colosio Murrieta, el 23 de marzo de 1994.
El sentenciado a 45 años de cárcel por el asesinato de Luis Donaldo Colosio alega que sufrió tortura durante su interrogatorio, con el fin de declararse culpable.
No obstante, si la familia del asesino confeso de Colosio tiene algo qué decir, que signifique otra versión de los hechos, será tomada en cuenta, dijo.