Las protestas del 30 de septiembre, una fecha que empezó a ser recordada como "viernes sangriento", se desencadenaron tras la violación de una adolescente por un policía.
"Hoy en día, miles de personas muestran su solidaridad con las valientes mujeres y los manifestantes en Irán", afirmó la ministra de la Familia, Lisa Paus.
Las autoridades iraníes afirmaron que la muerte de la joven no fue causada por "golpes", sino por las secuelas de una enfermedad. Su familia insiste en que gozaba de buena salud.