Tuvo como invitada especial a Salma Hayek y en la que abundaron las emociones, desde el amor y la gratitud, hasta el dolor y la memoria de sus seres queridos perecidos por VIH-sida.
Es uno de los himnos emblemáticos de la comunidad LGBT+ principalmente, y daba exposición a uno de los estilos dancísticos que despuntó a partir de la década de 1990.